El Internet cambió las prácticas para acceder a la educación, a la información y al trabajo. Sin un adecuado acceso a esta herramienta, una sociedad corre el riesgo de quedarse rezagada.
La población colombiana acusa poca conexión a Internet en un mundo globalizado que exige el intercambio de conocimiento, educación y oportunidades a través de la red.
La imposibilidad de contar con este instrumento, según investigadores, es una problemática multidimensional que termina incidiendo en el acceso a servicios básicos, ofertas laborales y a la comunicación interpersonal entre seres distantes.
Según las cifras aportadas por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic), en Colombia los puntos de conexión gratuita aumentaron durante los ocho años del presente Gobierno; para 2010 no había ni uno solo, en contraste para 2018, ya hay 1.217 de ellos.
A pesar de esto, los especialistas advierten que la tarea de ampliar la cobertura no consiste únicamente en habilitar zonas de acceso gratuito, también es necesario proveer los aparatos para que las comunidades cuenten con la herramienta que les permitirá usar la web, y todo este plan debe integrarse con alfabetización digital, de lo contrario, aseguran, los puntos de Internet libre podrían quedarse sin impacto.
“Cuando las personas de menos recursos, que son las más desconectadas, no pueden acceder a Internet sus capacidades merman de una manera impresionante”, expuso la docente y evaluadora TIC de la facultad de comunicación de la Universidad de Medellín, Nora Botero.
Actualmente, según la académica, no contar con una entrada a la red virtual equivale a estar confinado en una esfera que impide conocer el resto del mundo, y alertó que esto es un obstáculo para el desarrollo al que aspira un país como Colombia.
Las investigaciones realizadas por Botero han encontrado avances cognitivos en los jóvenes cuando interactúan a través de la web. La experiencia con ellos “es diferente: ya miran el mundo desde otra perspectiva y entienden otras realidades”, reveló la profesora.
De acuerdo con la profesora de Eafit y representante de las universidades colombianas ante la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Comercio (Unctad), María Alejandra González, la desconexión afecta mucho más que la adquisición de conocimiento.
“No tener Internet significa estar excluido de beneficios que pueden cambiarle la vida a una persona, tales como: servicios financieros, de salud, de educación y oportunidades laborales”, subrayó.
Uno de los motores que impulsa la brecha digital, explicó, tiene que ver con la infraestructura y las dificultades para arribar a los territorios alejados. Agregó que estar por fuera de las tecnologías móviles, como las 4G, impiden el intercambio efectivo de datos. Además, el acceso a Internet también está relacionado a los costos.
Durante el presente mandato nacional se trazó la línea, en cuanto a conectividad, que debe seguir Colombia en adelante, así lo señaló el director de seguimiento y evaluación de políticas públicas del Departamento Nacional de Planeación, Felipe Castro.
El funcionario aclaró que el camino en cuanto a la inclusión digital está íntimamente ligado con los 17 objetivos pactados en la agenda 2030 de las Naciones Unidas, y diseñados para alcanzar el desarrollo sostenible en un término de trece años.
Las iniciativas que se han implementado en la Administración de Juan Manuel Santos, defendió el director, han estado enfocadas en llevar Internet a los lugares históricamente inconexos.
En la actualidad, dijo, todos los municipios del país cuentan con acceso a Internet de buena velocidad. Hace dos años se lanzó el programa de puntos wifi gratuitos, dispuestos en los lugares con mayor concentración de visitantes, como los parques centrales, apuntó.
Añadió que hay acompañamiento complementario para educar e incentivar la apropiación digital en las comunidades alejadas. “Hicimos una evaluación y esta acción es muy importante, porque no solo se trata de conectar por conectar”, puntualizó.
Castro afirmó que la apuesta a largo plazo es llevar el Internet a cada hogar colombiano, reconoció que en este momento “estamos por debajo del 50% en ese propósito”, aunque esta política debe ser de largo aliento y los siguientes Gobiernos tendrán la misión de continuarla.
Según el profesor universitario de servicios públicos y excoordinador de la Comisión de Regulación de telecomunicaciones (CRC) Carlos Atehortúa, con la necesidad de conexión se pueden evidenciar nuevos sectores vulnerables alejados de la corriente virtual. Mencionó que el primer paso para subsanar este vacío parte del reconocimiento que le dé el Estado.
Esto se traduce en un nuevo derecho fundamental, que puede tener varias denominaciones, pero la más común es el derecho a la conectividad, es decir, el derecho a ser parte de la comunidad global, consideró el profesor.
De igual manera llamó la atención sobre la “universalización de redes móviles inálambricas de comunicaciones”, estas, a juicio del profesor, deben dejar de ser vistas como negocio y ser entendidas como una estrategia para incrementar la conexión “hasta en el último lugar del territorio y crear accesos gratuitos”.
“Me lamento mucho de que las telecomunicaciones, en vez de ir hacia una descentralización y a la participación local, cada vez se centralicen más. No es bueno que solo el Mintic maneje la política pública y tenga el manejo exclusivo de los recursos que hay para un servicio universal”, refutó.
Atehortúa llamó la atención sobre la importancia de extender la participación de los municipios en los recursos para telecomunicaciones. Enfatizó en que solo así podría llegarse a una cobertura integral que brinde acceso a todas las comunidades.