Una de las mejores experiencias de visitar Santa Elena es conocer la tradición campesina por medio de recorridos guiados a las casas en las que la actividad silletera tiene lugar. 

Durante el año los turistas tienen la oportunidad de conocer cómo se cultivan las flores, cómo se realiza una silleta y las historias más representativas de la cultura por medio de las Fincas Silleteras, espacios que llevan la herencia plasmada y en los cuales se puede encontrar una variedad exclusiva de servicios, como la gastronomía típica, museos y huertas tradicionales. 

Son 20 fincas en total en Santa Elena las que buscan impartir conocimiento a los visitantes, sin embargo, cada una de ellas tiene un valor agregado que la diferencia de la anterior. 

La Finca Museo Herencia Silletera, en la vereda El Placer, atiende por día a más de 100 visitantes nacionales y extranjeros, quienes llegan con el objetivo de conocer su jardín ornamental y tradicional, en el que siembran las flores más representativas del sector, además de un museo lleno de condecoraciones, premios y artículos de sus padres silleteros, quienes fueron fundadores del Desfile de Silleteros.   

Es por eso que Edelmira Grisales de Zapata se viste con orgullo cada día, entre 6:00 a.m. y 10:00 p.m., con el atuendo que la representa como silletera para guiar a los turistas por los pasillos de su casa que tiene adornada con cientos de flores. 

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“A mí me satisface que la gente quiera venir a conocer porque uno les muestra lo que es la cultura y la tradición silletera”, dijo doña Edelmira.
 Inicios 

La finca de la Familia Londoño, ubicada en la vereda Barro Blanco, fue una de las primeras en comenzar a ofrecer turismo receptivo con la idea de que el turista pudiera llegar a una finca en cualquier época del año y encontrar silletas, pero no sólo una elaborada sino muchas, a las que se le agregaba la interacción con el silletero y las explicaciones respectivas de cada tipo de silletas, como un recorrido por los cultivos en el que se explicara sus componentes ambientales y culturales, tal y como lo explicó Mauricio Londoño. 

Por su lado, Martín Atehortúa, de la finca Rancho Silletero, explicó que el concepto de finca silletera fue traído desde el eje cafetero con el tema de fincas cafeteras, al darse cuenta que en Medellín había una oferta muy alta de turismo.

“Como ya no había mucha flor para exportar se convirtió en un atractivo económico el poder cultivar la flor como tema de turismo para que la gente viniera y tuviera toda una experiencia, al inicio eran unas siete o doce, aunque aclaro que todas las de Santa Elena son fincas silleteras, pero que tengan el concepto de discurso, cultivo o recorrido son muy pocas, entre 20 y 30, por eso no todas cobran ya que no están dentro del recorrido”, puntualizó Atehortúa. 

Cada una de estas fincas que ofrece recorridos y experiencias pueden caracterizarse por algo en particular; unas cuentan con los cultivos al aire libre más poblados, otras con una oferta lúdica y recreativa y otras guardan los más importantes recuerdos en objetos antiguos, sin embargo, su más importante objetivo es continuar con la herencia y cultura que sus padres, desde hace 150 años, iniciaron la valiosa tradición silletera.