Si pensar es igual que hacer, ¿qué hacemos?
El cerebro no distingue la realidad de la fantasía, increíble pero cierto. Veamos: Si se hace un electroencefalograma cuando está sucediendo una cosa, por ejemplo, cuando se pone la mano en la de otra persona, y luego se hace un nuevo electroencefalograma cuando la persona recuerda eso, ¡el electroencefalograma saldrá igual! Todo esto porque en nuestro cerebro tenemos Representaciones de la Realidad y no realidades. Somos lo que nuestra mente dice y es.
El cerebro no distingue la realidad de la fantasía, increíble pero cierto. Veamos: Si se hace un electroencefalograma cuando está sucediendo una cosa, por ejemplo, cuando se pone la mano en la de otra persona, y luego se hace un nuevo electroencefalograma cuando la persona recuerda eso, ¡el electroencefalograma saldrá igual! Todo esto porque en nuestro cerebro tenemos Representaciones de la Realidad y no realidades. Somos lo que nuestra mente dice y es.
Aprendamos algo importante: Los vicios existen porque siempre se obtiene con ellos una ganancia secundaria. Hay que averiguar cuál es esa ganancia y ver cómo se puede encaminar esa necesidad que se siente y que hay que llenar, hacia otro lado más conveniente. Los malos hábitos se pueden transformar cambiándolos por otros mejores, pues es difícil que un hábito desaparezca, pero sí puede ser intercambiado. Es bueno saberlo. Si se deja una cosa es necesario coger otra, no caer en vacío. Tengamos esto en cuenta cuando queramos liberarnos, o liberar a alguien, de un vicio perjudicial como por ejemplo de la droga.
Es necesario pensar en alternativas. Estas podrían ser estudiar algo atractivo y nuevo, trabajar en algo agradable y diferente, hacer lo que llaman manualidades, éstas exigen atención y consagración. ¡Y desde luego hacer arte, dibujar, pintar, esculpir, hacer cerámica; y claro bailar, o bailotear si no tenemos estilo, cantar, o canturrear si no tenemos oído, tocar música o musiquita, y otras cositas!
Las alas de la mariposa surgieron de su esfuerzo para salir de la crisálida. No se sabe las de los ángeles que vuelan por ahí jalándonos del pelo para que andemos derechitos en todo. Pero y las alas nuestras, ¿dónde están?
Copio una de las maravillosas frases que salen en EL MUNDO: “Tengo que aprender a volar entre tanta gente de pie.” Luis Alberto Spinetta, rockero argentino, podemos verlo en YouTube, por supuesto.
El árbol que es más podado es el que más crece. Aprendamos. El desafío impulsa. Cuantas vemos hemos pensado, y dicho y hecho: “Ah, ¿con que no? -¡Pues van a ver!”
Todos tenemos mapas internos y todos tenemos virus mentales, son como cascarones que creamos para protegernos, pueden ser culturales, religiosos, familiares, fisiológicos. Por ejemplo eso de decir: “Conmigo no se puede, conmigo si no, en mi familia, en mi religión, en mi partido político, en mi pueblo, en mi país, se hace así...” Y entonces nos quedamos clavados en el mismo hueco. Y no sabemos de qué nos podemos estar perdiendo. Lástima, porque la vida no se repite.
Cada uno de nosotros tiene su “mapa”, así que nuestra pareja lógicamente tiene otro mapa diferente, pero entre los dos debemos construir, constituir un mapa nuevo, para poder sobrevivir juntos: 1+1= 3
Es frecuente creer que no nos podemos salir de determinado marco. ¡Pero hay que salirse! ¿Quién dijo que uno no se podía salir del marco?
Cómo vamos a vivir “enmarcados”, eso no es la libertad que tanto cantamos y siempre aspiramos, la que perfuma las montañas de nuestra tierra, como lo dijo Epifanio Mejía en su maravilloso Himno antioqueño.
P.S. Los que estudiaron el Catecismo del Padre Astete recordarán que nos enseñaron que los Malos Pensamientos también podían ser pecados mortales… Eso confirma que lo hecho y lo pensado son equivalentes.
*Psicóloga UJ y Filóloga UdeA