En su intervención en la tercera jornada de la 72 Asamblea de la Organización de Naciones Unidas, insistió en la presión internacional hacia Corea del Norte.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, urgió este jueves a la comunidad internacional a seguir aumentando la presión sobre Corea del Norte, pero subrayó también la necesidad de actuar con cautela para evitar que se dispare la tensión.
Moon, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, dijo que el mundo debe responder con firmeza "hasta que Corea del Norte renuncie a su programa nuclear". Al mismo tiempo, insistió en que la cuestión debe gestionarse "de manera estable" para que la tensión no se dispare y evitar un conflicto armado.
"Todos nuestros esfuerzos son para prevenir el estallido de una guerra y para mantener la paz", dijo Moon en su estreno en Naciones Unidas. El líder surcoreano denunció que Pyongyang ha "violado flagrantemente sus obligaciones y compromisos" y que sus acciones han obligado al mundo a responder con sanciones. El país vecino, dijo, "debe dejar inmediatamente las decisiones temerarias que podrían llevar su propio aislamiento y caída y elegir el camino del diálogo".
"Urjo a Corea del Norte a abandonar sus políticas hostiles contra otros países y renunciar a su programa de armas nucleares de forma verificable e irreversible", insistió. Pese a respaldar la política de sanciones contra el país y apostar por seguir aumentando la presión, Moon se desmarcó en su intervención en la ONU del tono belicoso utilizado esta semana por el presidente estadounidense, Donald Trump.
"No queremos el colapso de Corea del Norte. No buscaremos la unificación por absorción o medios artificiales. Si Corea del Norte, incluso ahora, decide situarse en el lado bueno de la historia, estamos listos para asistirles junto con la comunidad internacional", señaló.
Moon pidió tratar la situación "de forma estable para que las tensiones no se disparen demasiado o que choques militares accidentales puedan destruir la paz". El presidente surcoreano recordó que nació como un refugiado en medio de la guerra y recalcó que, para él, la paz es una "responsabilidad histórica".