En el torneo junior, el antioqueño Nicolás Mejía accedió a las semifinales al vencer este jueves al brasileño Gilbert Soares Klier Junior, por 7-6 (6) y 7-5 en una hora y 30 minutos.
Cuando este sábado la estadounidense Serena Williams y la alemana Angelique Kerber salten a la pista central de Wimbledon en la Final se saludarán por segunda vez en este mismo escenario mirándose frente a frente, sabiendo ambas que este título puede marcar el futuro de ambas.
Kerber vio como en la final de hace dos años Serena le arrebataba el triunfo al batirla por 7-5 y 6-3. Ahora, tras vencer a la letona Jelena Ostapenko por 6-3 y 6-3 en 68 minutos, tiene una nueva oportunidad para poder contar algún día que fue capaz de vencerla en un territorio donde la estadounidense ha salido campeona siete veces.
“He tenido muchos problemas y lesiones, no es normal que esté en la final de Wimbledon”, dijo por su parte Serena después tras vencer a la germana Julia Goerges, 6-2 y 6-4 en 70 minutos. “Por eso quiero disfrutar ahora cada momento”, analizó, quizás sabiendo que cada año se le hará más duro eso de ganar, ganar y ganar.
Kerber, de 30 años impuso su experiencia al frenético juego de Ostapenko y se clasificó por segunda vez en su carrera para la mejor final del año. Será la cuarta del Grand Slam que disputa, después de obtener el título en el Abierto de Australia, donde ganó a Serena en la final, y US Open, ambas hace dos años y la mencionada de Wimbledon.
Ahora luchará por su tercera corona del Grand Slam y el duodécimo título de su historial, segundo este año después del logrado en Sidney, y tendrá ocasión de desquitarse de la amarga derrota que sufrió en las semifinales de Australia, cuando cedió ante la rumana Simona Halep en tres sets, después de tener dos bolas de partido.
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Ya tiene Kerber asegurado el puesto siete del mundo y puede alcanzar el cuarto, si gana el título el sábado.
Después Serena cumplió el guión, y aunque Goerges se presentó ensu primera semifinal de un Grand Slam con el mejor saque de Wimbledon, no pudo impedir su derrota ante ella, para alcanzar la final por décima vez.
Goerges había llegado a las semifinales con 46 saques directos en cinco partidos disputados, pero ante la gran Serena solo conectó tres y perdió su servicio en cuatro ocasiones.
Serena vuelve a la final de Wimbledon tras perderse el torneo el año pasado porque estaba embarazada, y disputar la última a principios del 2017 en el Abierto de Australia, cuando estaba de dos meses de su hija Olympia, nacida luego en septiembre.
De ganar el sábado el octavo título en el All England Club, la estadounidense sobrepasará a la alemana Steffi Graf, que ha levantado siete veces el Venus Rosewater Dish, como se conoce el trofeo que premia a las ganadoras en Wimbledon.
También logrará algo que persigue desde hace tiempo: empatar con la australiana Margaret Court con 24 títulos del Grand Slam en su carrera.