Las condiciones topográficas, los cambios climáticos, la radiación, el aumento del parque automotor, y las emisiones de fuentes fijas y móviles han condenado a Medellín, año tras año, a repetir un ciclo de crisis ambiental. Mientras ambientalistas insisten en la activación inmediata de medidas de prevención, entidades como el Área Metropolitana insisten en que “ya nada se puede hacer”.
La emergencia atmosférica que probablemente vivirá el Valle de Aburrá en el próximo mes se le ha atribuido a las fuentes móviles, ya que estas causan el 80% de la contaminación del territorio representada en acumulación de material particulado PM2,5, que afecta la salud. Sin embargo, algunos expertos afirman que la falta de planeación y de previsión también serían los culpables de esta contingencia ambiental.
El hecho es que, ambientalistas ya habían previsto la situación, mientras que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el pasado sábado 11 de febrero, y luego del suceso del incendio del cerro Quitasol, de Bello, le atribuyó al mismo que varias estaciones de monitoreo de calidad del aire, clasificadas como de Representatividad Poblacional, presentaran alerta naranja, la cual, según la normativa, indica riesgos para grupos sensibles y da vía libre a la activación de emergencia ambiental.
“Tal como lo indica el Plan Operacional para enfrentar Episodios Críticos de Contaminación Atmosférica (Poeca), el Área Metropolitana del Valle de Aburrá realizó el monitoreo a dichas estaciones para evaluar la necesidad de activar la alerta naranja. Sin embargo, dado que toda la evidencia observacional apunta a que la fuente de contaminantes que ha ocasionado el aumento de los índices ICA PM2.5 y PM10 es el incendio de cobertura vegetal que tuvo lugar en el Cerro Quitasol, y considerando que el mismo ya se encuentra en una fase de control y seguimiento final y que se esperan condiciones meteorológicas conducentes a la dispersión de contaminantes, dada la alta radiación solar recibida en superficie, desde el punto de vista técnico no se recomienda la declaratoria de alerta” dice un aparte del documento publicado por la autoridad ambiental.
A la par, Eugenio Prieto Soto, director del Área, precisó que sin duda la calidad del aire se vio afectada por el incendio forestal y a su vez afirmó que había tranquilidad por que “no era necesario activar el protocolo para la calidad del aire que se estableció mediante el Acuerdo 15 Metropolitano”.
Prieto Soto también advirtió que las decisiones sobre la norma del Pico y Placa “o sobre cualquier otra restricción que se vaya a tomar en el Valle de Aburrá, en los momentos de contingencia, están establecidos en ese acuerdo. La Junta Metropolitana ha venido estudiando alternativas y otros proceso en materia de políticas de combustible, de movilidad activa y de integración de trasporte público” para mejorar la calidad del aire.
Sin embargo, cinco días después y durante la socialización del Poeca, María del Pilar Restrepo Mesa, subdirectora Ambiental del Área Metropolitana, aseveró que la ciudad atraviesa un momento complejo en cuanto a calidad en el medio ambiente y que tendremos “muy posiblemente una contingencia”.
“Esto no empezó hace un año, si bien hace un año tuvimos una contingencia atmosférica porque la autoridad ambiental la declaró teniendo unas condiciones criticas en el territorio, no es momento de decir qué se hizo o qué se dejó de hacer, lo importante es que sepamos que es causa de un proceso de ocupación de un territorio que hemos venido construyendo como sociedad metropolitana, en un valle encerrado en montañas con unas condiciones que nosotros no gobernamos que son las topográficas, climáticas, geomorfologica y otras más”, explicó Restrepo Mesa.
Las características que llevan a la contingencia
Según Carlos David Hoyos, director del Sistema de Alertas Tempranas del Valle de Aburrá (Siata), lo que sucede en el área metropolitana, cuando se declara una contingencia ambiental, es una nubosidad de baja altura asociada a la transición de época seca a la de lluvias, lo que hace que se reduzca la radicación solar, haciendo “que la temperatura superficial no aumente lo suficiente y no haya ascenso del aire”.
Explicó que para hacer remoción de contaminantes, el aire debe ascender por encima de las montañas para que los vientos alisios (los que soplan con más frecuencia en verano que en invierno) “barran la contaminación”.
“En las próximas semanas entramos en una época de deterioro de esas condiciones, vamos a entrar en esa transición, vamos a tener alta cobertura de nubes pero no precipitaciones,eso va a impedir que entre radiación. Estas situaciones siempre se van a enfatizar en el mes de marzo, justo antes de nuestra temporada de lluvias. Todas nuestras alertas internas están activadas para monitorear de manera cercana todo lo que esta ocurriendo desde ya hasta el mes de marzo”, sin embargo, “por mas que tengamos el mejor plan de descontaminación, de acá a marzo no vamos a poder lograr nada, no va a bajar la circulación de fuentes móviles de contaminación, la gente no va a dejar sus carros, no se va a cambiar la cultura”, enfatizó el director.
Contingencia anunciada
Luis Fernando González, director de la Escuela de Hábitat de la Universidad Nacional, aseguró que la contaminación actual se debe a una “suma de factores”, entre los que incluye determinaciones anteriores en materia vial: “Desde hace tiempo se había dicho que la ciudad debería enfocarse a un transporte más sostenible, no se tomaron las decisiones adecuadas y eso repercutió en ese momento”.
“La planificación de Medellín desde los años 60, 70 y 80 se basó en infraestructura vial, grandes avenidas y puentes. Elegimos como rey de la ciudad al vehículo particular y se creó una cultura alrededor de él”, agregó.
En concordancia, Luis Fernando Arbeláez, arquitecto planeador regional y urbano, indicó que lo fundamental en la tarea de mitigar la contaminación atmosférica son los sistemas de transporte limpios.
En respuesta a la situación del valle de Aburrá, Diego Herrera, ambientalista, precisó que se la realidad de la ciudad es que “la gente se desplaza, al sur, al centro, al norte, en bus, en bicicleta, en metro y todos respiramos el mismo aire, así use un sistema de tecnologías limpias me veo afectado por el que no lo hace. Acá lo que hay que hacer es no quedarse tranquilos con las gestiones de las autoridades ambientales, porque de seguir así nos tocará adoptar una política de teletrabajo y no salir de la casa.”.
Además, el ambientalista subrayó: Necesitamos medidas contundentes, no guías, no planes que se crearon en el 2007, en los que se proponen cobros por combustión, o peajes urbanos, van diez años, son diez años sabiendo que tenemos una emergencia en la calidad del aire. Cuánto más vamos a tener que esperar”.
El Poeca y el plan de descontaminación del aire
Aunque desde el 25 de enero, el Área Metropolitana y los diez municipios que la integran presentaron el primer Primer Protocolo para la Atención de Episodios Críticos de Contaminación Atmosférica (Poeca) del país, sólo hasta la semana pasada se realizó su socialización. Durante la misma, un grupo de ambientalistas de diferentes colectivos ingresaron al local con pancartas que decían “#ProtocoloYa”, refiriéndose a la activación del mismo.
Este mecanismo, aprobado por unanimidad por la Junta Metropolitana, comprende un conjunto de medidas tendientes a reducir los niveles de contaminación del aire durante episodios de contingencia atmosférica, orientadas a prevenir la exposición de la población a altos índices de contaminación.
De acuerdo a la normativa, las medidas deberán variar dependiendo de la declaración, por ejemplo, en la alerta naranja, se recomendará a la ciudadanía realizar acciones para disminuir las emisiones de agentes contaminantes. Durante la alerta roja fase I, se extenderá la medida del Pico y Placa de cuatro a seis dígitos para vehículos particulares y modos de cuatro y dos tiempos.
En la declaración de la alerta roja fase II, lo que significa un mayor grado de peligro para la población, se aplicará el Pico y Placa de seis dígitos, incluyendo motos de dos y cuatro tiempos, durante todo el día; aumentará el trasporte público, se restringirán los horarios de circulación de camiones de carga y se aplicarán otras medidas.
En ultima instancia, si se declara emergencia ambiental, se prohibirá la circulación de automóviles particulares y de motos de dos y cuatro tiempos. Además, se restringirá el funcionamiento de los establecimientos educativos, se suspenderán obras públicas de mantenimiento urbano y se restringirán los horarios de circulación de transporte de carga.
De acuerdo con el Área, el Poeca es una situación de choque que hace parte de un plan de descontaminación del aire.