Aunque se hable pestes de la política y de los políticos, Colombia es un  país que respira política por todos sus poros y por eso no es extraño que se anticipe con tanto tiempo, más de un año, la campaña presidencial para los comicios que se deben realizar en mayo del 2018.
Este 2017 será de un intenso agite preelectoral como antesala a los comicios nacionales que conforman las elecciones al Congreso de la República, en marzo, y dos meses después las presidenciales en primera vuelta.
La campaña para las elecciones de senadores y de representantes a la Cámara viene avanzando. Ya se observan futuras candidaturas a esas dos corporaciones y luego vendrá el debate interno en cada colectividad en lo referente a la conformación de las listas de partido, ya sean con voto preferente o cerradas.
Pero hoy lo interesante es el agite que empieza a sentirse en la campaña presidencial.
Recientemente el analista político Diego Corrales consideró que la campaña por el Ejecutivo nacional comenzó a calentarse desde el 2016, que según él terminó con más de 30 líderes políticos sonando para ocupar la Casa de Nariño, obviamente unos con más posibilidades que otros.
Por el momento las grandes colectividades tienen precandidatos, pero ninguna ha arrancado y lo llamativo es que son aspirantes de sectores independientes o alternativos los que están agitando el panorama de las aspiraciones.
Recordemos que el primero en anunciar su opción presidencial fue el senador del Polo, Jorge Robledo, luego lo hizo su colega en esa corporación Claudia López y durante el pasado fin de semana desde Cuba y ante la tumba de Fidel Castro las palabras pronunciadas por Piedad Córdoba fueron interpretadas como un lanzamiento de candidatura.
A este trío hay que sumarle el nombre del exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, quien muy calladamente viene adelantando su campaña, hablando como siempre contra la corrupción.
Además, antes y después de la anulación de su reelección como procurador, Alejandro Ordóñez también ha promovido su aspiración presidencial, buscando un espacio en el Partido Conservador o arrimándose a las toldas del uribismo, por sus coincidencias sobre el tema de las negociaciones santistas con las Farc.
Esta agrupación poco a poco viene mostrando sus cartas sobre el tema presidencial de Colombia y lo que ha trascendido es que no tendrían un candidato concreto, sino que le jugarían a hacer parte de una coalición de fuerzas que defiendan el proceso de paz.
Precisamente como el tema de unas Farc violentas ya no sería uno de los objetivos de la campaña, los candidatos que ya se lanzaron andan impulsando una campaña para el 2018 sobre la base de una gran alianza contra la corrupción en el país, que en el 2016 tocó fondo con graves escándalos como Reficar y Odebrecht, salpicando a varios políticos.
El otro gran campanazo para la temporada de elecciones nacionales lo acaba de dar el presidente Santos al anunciar al general Óscar Naranjo como próximo vicepresidente de la República, lo que confirma el retiro de ese cargo de Germán Vargas Lleras para aspirar por segunda ocasión a la Presidencia.
Pero el camino electoral de Vargas Lleras estaría lleno de minas por los enemigos y rivales que tienen hoy dentro de los aliados del santismo, como los liberales y dirigentes del Partido de la U, que miran con recelo su candidatura, lo que lo obligaría a acercarse en coalición con el uribismo, lo que muchos entendidos no descartan.
Los observadores electorales ven en el panorama electoral presidencial tres coaliciones. Se la juegan diciendo que de una de ellas saldría una candidatura de una posible alianza entre Claudia López, Fajardo y Robledo.
La otra coalición la armarían los amigos del Gobierno y del proceso de paz con un candidato propio aún no fácil de concretar, al tiempo que Uribe, Vargas Lleras, Ordóñez construirían un frente electoral también muy competitivo.
Es decir, las coaliciones volverían a ser el plato fuerte de la campaña por la próxima Presidencia de Colombia.