Santa Fe venció este domingo 1-0 al Medellín en el estadio El Campín, de Bogotá, y celebró su tercer título de la Superliga.
Un autogol de Andrés Mosquera en lanzamiento de pelota quieta, a falta de diez minutos para el final, terminó por decidir el título de la Superliga, que quedó para Santa Fe.
Otra corona para el Expreso Rojo, que ha tenido un lustro de ensueño, con muchos títulos, en el orden nacional e internacional. Ese gol fue la diferencia, entre un Santa Fe anodino pero práctico y fuerte tácticamente, y un Medellín que dejó más dudas que certezas.
En el juego de ida, en el Atanasio Girardot, el DIM había tenido destellos de calidad, comandado por un Juan Fernando Quintero que pese a la falta de fútbol mostró todas sus capacidades, especialmente en la pelota quieta y en movimiento.
Sin embargo, lo de este domingo, más allá del subtítulo, es para prestarle atención. El equipo no tuvo la respuesta esperada. Más allá de las ganas de Quintero y Hechalar, le costó toneladas siquiera aproximarse al área contraria.
Cristian Nazarit fue absorbido por los defensores locales. Si bien no tuvo el acompañamiento ideal de parte de sus compañeros, tampoco pudo aguantar el balón ni generar espacios y cayó en varias ocasiones en el fuera de lugar.
No hubo juego colectivo, los laterales no se proyectaron y la defensa tampoco brindó mayores garantías, entendiendo que Santa Fe tampoco generó muchas situaciones de peligro.
El técnico Luis Zubeldía está ante una semana crucial, en la cual deberá apretar tuercas y terminar de dilucidar el estilo de juego del equipo. El DIM volverá a Bogotá este domingo, para medirse a Millonarios en el inicio del torneo Apertura.
Es cierto que la era Zubeldía recién comienza, pero hasta ahora el equipo no ha demostrado un cambio sustancial con respecto a la pálida imagen que dejó en el remate del año pasado.