Todavía no hay resultados concretos de qué podría estar generando el deterioro en las edificaciones de la parte central de Santa Elena. Según expertos, en el sector confluyen diferentes factores que podrían conllevar a estos episodios que tienen hasta la iglesia del corregimiento evacuada.
El clamor de los habitantes de la parte central del corregimiento de Santa Elena en el mes de marzo era el mismo: “la Concesión Túnel Aburrá – Oriente nos tumbó la casita”.
Desde ese momento se denunció la aparición de pronunciadas grietas en las estructuras de sus casas, escuelas, calles y hasta en la iglesia, lo que obligó al Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) a evacuar preventivamente algunas de las edificaciones mientras se realizaban estudios que dieran cuenta de qué podía estar causando estos hechos.
Sin embargo, la comunidad ha manifestado que pese a que funcionarios del Dagrd han hecho las inspecciones en las edificaciones, todavía no hay información que presente los resultados de dichas indagaciones técnicas.
Édgar Martínez Osorio, párroco de la iglesia de Santa Elena, afectada por gruesas grietas que no han dejado de aparecer, manifestó que la situación que están viviendo los vecinos del sector no cambiado y, de hecho, ha venido incrementándose: “las grietas de la iglesia ya pasaron a la casa cural, donde antes no había”.
El geólogo de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, José Luis Jaramillo Castrillón, es una de las personas que más conoce el terreno y sus complicaciones geológicas, pues además de ser parte de su formación académica, vivió casi veinte años en este bucólico sitio de Medellín.
Para él, “lo de Santa Elena es un cúmulo de errores”, debido a la existencia de una falla geológica, que pasa por debajo de la iglesia y la centralidad del corregimiento y que complica la situación mediante las obras que se desarrollan en la zona.
“La falla en sí no es el problema, pero si le sumamos la vibración del túnel por la dinamita y las vibraciones producidas por las construcciones del alcantarillado y la Casa de la Cultura es donde se sobrecarga el terreno”, aseguró Jaramillo.
Por su parte, Jaime Enrique Gómez, director (e) del Dagrd, indicó que durante los estudios se realizan pruebas patológicas para conocer los orígenes de las afectaciones.
El proceso de revisión de las afectaciones en diferentes viviendas, y en diferentes sectores de Santa Elena se realizó a través de un grupo conformado por el Departamento Administrativo De Prevención de Desastres, y diferentes dependencias de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín.
Los resultados que se encontraron fueron puntuales de cada estructura y se resaltó que “todos los casos tiene unas problemáticas que no se pueden correlacionar con una en general”, por lo que determinar si el túnel es el causante de las afectaciones no es posible aún, según expresó el director (e) del Dagrd.
Sin embargo, pese a considerar estas afectaciones como un ‘cúmulo de errores’, Jaramillo sostuvo que la culpa es de todos los que han intervenido en el sector pues “se tragaron el Principio de Precaución de la Ley 1513 de 2012 y afectaron la comunidad”.
El artículo al que hace referencia el geólogo expone textualmente que: Artículo 3°. Principios generales. Los principios generales que orientan la gestión del riesgo son: […] 8. Principio de precaución: Cuando exista la posibilidad de daños graves o irreversibles a las vidas, a los bienes y derechos de las personas, a las instituciones y a los ecosistemas como resultado de la materialización del riesgo en desastre, las autoridades y los particulares aplicarán el principio de precaución en virtud del cual la falta de certeza científica absoluta no será óbice para adoptar medidas encaminadas a prevenir, mitigar la situación de riesgo”.
El geólogo además propone una solución que podría 'alivianar el problema en un 90%', que consiste en un sistema de cuatro pilas con anclajes activos y unos filtros de penetración horizontal de 30 metros para canalizar las aguas que recoge la falla y que pasan debajo de las viviendas.
“Las pilas contendrían la iglesia y las casas que se están deslizando. Esa solución se podría hacer con unos 300 millones de pesos y tomaría unos dos meses”, aseveró.
El Dagrd, por su parte, reportó que hasta ahora “todo apunta a que sean problemas de aguas subterráneas y deficiencias constructivas. Sin embargo, no nos podemos apresurar a emitir un concepto al respecto hasta que no terminen los estudios”.
Por el momento, la iglesia sigue cerrada, así como algunas viviendas del corregimiento por riesgo de colapso en su estructura. “Las misas toca hacerlas en un saloncito. Son por lo menos 1.500 personas a la semana las que vienen”, aseguró Martínez.