El aumento acordado para el salario de los empleados en Colombia no es suficiente, pues con el alza del pago, también llegan aumentos en las tarifas de productos y servicios.
La controversia tras el aumento del 5,9% acordado para el mínimo en 2018 continúa en el país. Las posiciones de las centrales obreras y los sectores productivos son opuestas. Mientras un grupo sostiene que el incremento es insuficiente y mal negociado, para otros, ayuda a la recuperación económica de la Nación. No obstante, cada año las tarifas de productos y servicios crecen mermando el impacto del ingreso salarial en las arcas de los colombianos.
Uno de los argumentos presentados por asociaciones trabajadoras durante la última discusión para definir el mínimo, defendía que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) estaba por encima de los ingresos obtenidos por los empleados. Así las cosas, el incremento de $43.522 para 2018, de acuerdo con el presidente nacional de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), es inútil para el país en conjunto.
“En la medida en que se castiguen los salarios, se castiga a su vez el poder adquisitivo, por consiguiente no hay consumo, y si no hay consumo la producción decae, lo cual genera una desaceleración en la industria. El aumento fijado beneficia únicamente al 2,7% de la población que posee el 80% de de la riqueza. Por eso, consideramos que ha sido errática la política del Gobierno durante los últimos años”, expresó el presidente de la CUT.
La inconformidad también está presente en la Confederación General del Trabajo (CGT), pues su secretario general, Jorge Iván Diez, aseguró que el mínimo debe estar varios puntos porcentuales por encima de la cifra actual. “El costo de vida y de los productos básicos de la canasta familiar presentan alzas bastante considerables. Es muy importante considerar un sueldo vital y móvil, no un simple salario de supervivencia como el que se impone en el país”.
En Colombia, según el secretario de la CGT, es necesario impulsar ese pago vital que le permita a los dos millones de trabajadores dependientes de esta retribución, cubrir los costos de la canasta familiar, que de acuerdo con estudios está calculada en aproximadamente $1'500.000.
“Nosotros suscribimos un acuerdo para aumentar el mínimo en un 5,9%, que todavía sigue siendo insuficiente. Ni siquiera con un 12% llegaríamos a cubrir el costo de la canasta básica familiar. La Comisión Permanente de Concertación es una obra de teatro, el sector empresarial ofrece muy poco, nosotros como centrales obreras tenemos en mente una cifra que supere la inflación, pero el Gobierno Nacional nunca decreta un aumento que acerque a las dos partes”, replicó Diez.
Para el secretario general de la CGT, la discusión entre empleadores y agrupaciones de trabajadores no son “inútiles” por completo, “lo que se debe hacer es replantear la dinámica de esas negociaciones colectivas, y no realizarlas en diciembre, puesto que es un mes muy complejo. Lo óptimo, sería comenzar el proceso en los meses de julio o agosto, eso permitiría ir avanzando, y así, cuando llegue noviembre podríamos tener muy adelantada la conversación”.
Por su parte, el presidente de la CUT aseveró que las próximas negociaciones solo resultarán efectivas y lógicas, cuando medie en ellas un Gobierno capaz de entender que “la soberanía Nacional no puede detenerse en el área de la economía, y, que lo indicado es trabajar por la superación de la inequidad y la pobreza”.
Después de lo que algunos miembros de los sindicatos han considerado un acuerdo ilegítimo,por haber sido excluidos de la última ronda de negociación, según el analista y consultor económico Luis Guillermo Vélez, el mínimo en Colombia no es negociado de manera adecuada, ni por las partes que en realidad dependen de él. “A mi juicio no debería existir salario mínimo; lo deberían pactar el empleador y su empleado directamente. Este pago es un precio que se forma en el mercado, entonces no es necesario regularlo”.
“Esa negociación la hacen centrales obreras que representan a los trabajadores que ganan más de un mínimo, y los industriales y comerciales que no pagan ese sueldo, en esa mesa no están los directos interesados. Y se debería permitir que la gente establezca libremente su retribución monetaria”, consideró el analista.