Wayne Rooney superó a Sir Boby Charlton como máximo artillero del club. Pasarán muchos años para que alguien logre superarlo.
Rooney lo logró: desde ayer es el goleador histórico del Manchester United con 250 anotaciones al marcar una joya de tiro libre al minuto 94, y que le entregó el empate a su equipo ante el Stoke City y de paso garantizó que el invicto actual de los Diablos Rojos siga firme.
Batir el récord era cuestión de tiempo. Lo sabía él y todo el mundo. Fueron doce años llenos de grandes momentos y también de situaciones difíciles. Pero Rooney siempre prevaleció; luego de doce temporadas su buena estrella sigue intacta, pues el hito de ayer no es más que otro capítulo de una historia que comenzó el 28 de septiembre de 2004 cuando debutó con la camiseta del United y marcó tres goles en la victoria del Manchester 6-2 ante el Fenerbache. Wayne tenía apenas 18 años y pocas semanas de su llegada desde Liverpool, su ciudad natal, donde deslumbró con su rebelde talento en el Everton y se ganó que Sir Alex Ferguson, el patriarca del United, se fijara en él.
Pero a su llegada al Teatro de los Sueños, Rooney sólo quería ver el mundo arder. Era un indomable dentro y fuera de las canchas; una niñez difícil en los barrios pobres de Liverpool y los millones que entraban a borbotones a su cuenta gracias a su talento, le merecieron la fama de díscolo y con un carácter explosivo.
Pero Ferguson, más que un técnico un líder de hombres, lo pulió como una piedra preciosa y el tiempo y el talento de Wayne hicieron lo demás; 545 partidos jugados, una Liga de Campeones, cinco títulos de Premier League, otros cinco trofeos locales y un Mundial de Clubes, es el palmarés de uno de los más grandes futbolistas del siglo XXI.
Hoy por hoy es el máximo referente del club, una leyenda que se ganó la admiración de sus mayores, los históricos United, que lo acogieron como uno de los suyos. De hecho, Sir Boby Charlton, el mejor jugador inglés de todos los tiempos, y a quien Rooney desbancó como el máximo artillero del club (y de paso también de la selección inglesa), fue el primero en felicitarlo. “Es un verdadero grande y merece ser ahora el mayor goleador del equipo y del país”, dijo Charlton.
Ahora, a sus 31 años, Wayne seguirá prolongando su legado, ojalá por varios años más, porque hombres como él ya quedan pocos en el fútbol.
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