Las expectativas para Colombia eran altas en los Olímpicos, pero pocos sospechaban las dos increíbles semanas que viviría el país en unos Juegos que no se olvidarán jamás.
Aunque Río comenzó con el triste momento de la caída de Sergio Luís Henao, quien se perfilaba para ganar el oro en la prueba de ciclismo, luego se vino el aluvión de alegría.
La fiesta comenzó con las pesas. Desde el primer levantamiento, Oscar Figueroa se mostró sólido y sereno; con record en arranque y una estrategia arriesgada en el envión, Oscar pudo alzar un total de 318 kilos y pulverizar a sus rivales. El antioqueño rompió en llanto y en esa misma lona se despidió de la competencia profesional con el objetivo cumplido, por el que trabajó toda su vida.
Dos días después llegaría la medalla de plata de Yuri Alvear, quien empezó la competencia de forma implacable venciendo a su rival en apenas 19 segundos pero en semifinales sufrió un duro derribo ante la representante japonesa. Igual, la vigente yudoca alcanzó su segunda plata en Juegos Olímpicos, un palmarés envidiable.
Hasta ahí, esas medallas estaban presupuestadas. Fue entonces cuando llegó un fenómeno llamado Yuberjen Martínez, el carismático boxeador de Arboletes, quien se ganó el cariño y respeto del país en el ring de la Arena Olímpica y luchó por la medalla del oro, perdiendo en franca lid pero dejando el alma, para quedarse con una sorpresiva plata con sabor dorado.
Ya el balance era más que notable y eso que aún faltaban dos oros que el país esperó pacientemente durante cuatro años. Y claro, ellas no fallaron; primero fue Caterine con un triunfo que no hizo más que ratificar lo que venía haciendo en el circuito internacional del salto triple, y cuatro días después sería Mariana Pajón con un dominio incontestable sobre la pista para ratificarse como la mejor bicicrosista de la historia. Minutos más tarde del oro de Mariana y cuando el país apenas recuperaba el aliento por esos segundos de vértigo, Carlos Ramírez se quedó con el bronce en medio de una definición agónica y un largo suspenso.
La faena estaría redonda con la medalla de bronce de la boxeadora Ingrit Valencia. Y cuando el Comité Olímpico Colombiano anunciaba con bombos el espectacular balance, llegó la octava y última medalla por cuenta del joven pesista Luís Javier Mosquera, quien con sólo 21 años, compitió sin complejos frente a los mejores en la categoría 69 kilos y alcanzó la medalla gracias a la descalificación por dopaje del turco Ismayilov, quien había ganado plata.
En medio de un año cargado de hechos desalentadores para el país, los Juegos de Río 2016 se convirtieron en un oasis de alegría para Colombia.
Otra fiesta en Septiembre
Cuando los Olímpicos dejaban para el país la alegría y la nostalgia de la espera de otros cuatro años para volver a vivir esa fiesta, los Juegos Paralímpicos obligaron al país a volver a mirar hacia Río de por cuenta de otra histórica actuación.
El más destacado fue el nadador Carlos Serrano, quien ganó una medalla de cada color. También en natación Nelson Crispín lograría tres platas. El otro oro estaría por cuenta del atleta Mauricio Ortega.
El ciclismo también brilló con cuatro medallas. En total la cosecha colombiana fue de 23 metales (tres oros, ocho platas y doce bronces). Una presentación que también deja para el país una lección de inclusión.