Cómo producimos un ambiente propicio para las victimas desde el sector privado
La senadora Sofía Gaviria, en el Colegio Mayor de Cundinamarca, y Angélica González de Acopi, dejaron reflexiones sobre cómo producimos un ambiente propicio para las victimas desde el sector privado ante el abandono descarado del Gobierno que solo les cumple a los victimarios.
Es enorme el reto en el posacuerdo, el posconflicto no existe, es una ilusión vendida por el marketing gubernamental, seguimos en conflicto con asentamiento progresivo de la desigualdad, se estigmatiza el campo y al sector agroindustrial motor de desarrollo en esos territorios, donde la protección social es de 13% y en lo urbano 43%.
“Individualizar responsabilidades construye la paz en zonas victimizadas” afirmó Sofía Gaviria, “La promoción de la verdad en la JEP no existe, impide llevar a los empresarios que delinquieron individualizadamente sin generalizar sectores, ganaderos, bananeros, que han sufrido la contumacia de los actores en el abandono del Estado, extorsionados, secuestrados, desplazados, muchos pequeños productores”.
Es grave la ausencia de políticas industriales, de empleo, de autoempleo y de solidaridad, pertinentes, suficientes y efectivas. Es grave el aumento del desempleo que, por primera vez, después de 10 años consecutivos de descenso, aumentó el mes de marzo a 10,1 %. Es grave que el comercio minorista baje -7,2% en ventas de febrero, la más alta en su historia, con 13 de los 15 subsectores con caídas por el IVA. Es grave que, de los 80 billones en subsidios, 20 van para los más ricos.
Las 8.4 millones de víctimas, han sufrido victimización, revictimización, abandono, desplazamiento, desarraigo con arribo a ciudades inclementes, en zonas alejadas con la carencia todo, donde la única abundancia es la de necesidades básicas insatisfechas, que sufren el despojo de 7.1 millones de hectáreas. 67% son productivamente activos, pero no tienen estabilidad laboral, vivienda, estudio, salud, acceso a recursos de emprendimiento, y si reciben créditos, los sacan de programas humanitarios por ya no ser “vulnerable”.
Los 6.5 billones invertidos en reparación desde 2011, solo alcanzan para el 7% de los reclamantes, que en su mayoría no son víctimas de las Farc, y para completar la reparación total faltan 33,6 billones y un plazo de 50 años. Solo hay billones para los victimarios y sus aliados, en 2011 reparaban 1.900 víctimas diariamente, en 2017 a 330, y para cumplir las metas deben repararse 3.400 víctimas diarias.
El conflicto es alimentado con jóvenes desocupados sin educación, empleo, sin oportunidades de ser alguien en la vida. Cada año se gradúan 472.000 que engrosan el millón 106 mil jóvenes desempleados. Hoy, 49% del total de desempleados son menores de 29 años, es decir, de cada 2 desempleados 1 es menor de 29 años, y no existen apoyos esenciales para estos.
No habrá superación de la vulnerabilidad si siguen negando su realidad, sin estrategia o cambio en las condiciones básicas estructurales que puedan generar ese empleo, como reducción de la pobreza, flujos financieros, producción industrial con valor agregado, faltan incentivos al autoempleo, a la innovación, al emprendimiento, a la solidaridad, a la financiación de programas con diversificación, falta inversión en el transferencia de conocimiento, en tecnología, en capital humano, en calidad, en comercio exterior, y financiación de investigación y desarrollo.
“Jóvenes tenemos la capacidad de empoderarnos, a nivel administrativo, a nivel político, esta generación se convirtió en actor positivo, en búsqueda de nuevas políticas económicas que fortalezcan al empresariado y genere una creación de empresa. Necesitamos una política industrial seria para aportarle al país.
Ética, integridad, disciplina son los 3 pilares para emprender nuevos horizontes a nivel empresarial, que beneficie a la economía y a la población, fomentando ideas de negocio desde la academia, pues ser profesional es tener ideas revolucionarias que lleven al cambio y así poder ser profesionales integrales” Natalia González alumna Colegio Mayor de Cundinamarca.