Con el parágrafo de un artículo, de 17, la Alcaldía de Medellín limitó las capacidades ciudadanas.
La aplastante mayoría que ha convertido al Concejo de Medellín en corifeo del gobierno municipal, con la sola excepción de la voz de izquierda, propinó en la tarde del sábado un golpe fatal al modelo de participación ciudadana que la ciudad viene madurando desde los años noventa, con los proyectos de civilidad del gobierno Omar Flórez y de concertación de la Consejería Presidencial. El modelo había tenido un salto cualitativo de gran importancia en 2007, cuando los concejales de entonces apoyaron mayoritariamente el acuerdo 043, que diseñó el presupuesto participativo.
La definición por asambleas ciudadanas elegidas democráticamente del uso del 5% del presupuesto municipal, repartido en el territorio según población y prioridades, ha sido una experiencia rica en sus aportes a la formación de nuevos ciudadanos y respuesta integral a expectativas esenciales, como la de acceso a educación superior para habitantes que de otra manera hubieran tenido bloqueadas las puertas de la universidad o los tecnológicos.
Al ser ejecutado en una sociedad entre tensiones, el modelo todavía tiene que resolver retos como la baja participación ciudadana en los estratos 5 y 6; mediocres demandas en algunas comunas; el abuso con recursos en otros, y la presión de criminales para obtener esos recursos. Siendo inquietantes, estos problemas pueden resolverse con más educación ciudadana, mejor control fiscal y con efectiva penalización de los criminales. Dada la existencia de mecanismos, son falaces los argumentos de contención al abuso que se han esgrimido para la defensa del proyecto que subsume la voluntad ciudadana a la autoridad del alcalde.
Ver: no vamos a permitir que los bandidos sigan permeando el PP (http://www.elmundo.com/noticia/-No-vamos-a-permitir-que-los-bandidos-sigan-permeando-el-PP-/47192)
El proyecto que el Concejo de Medellín aprobó en votación 20-1, el pasado sábado, concentra su poder en el parágrafo que concede facultades al alcalde para ?definir de manera participativa la orientación del presupuesto participativo en consonancia con los objetivos y metas del plan de desarrollo? (ver más: https://goo.gl/0X00SH). En términos prácticos, con el modelo se le arrebata a la ciudadanía la iniciativa para deliberar y establecer las prioridades colectivas, según sus realidades, así como la formación de capacidades para ejecutar y controlar el uso de bienes públicos.
Ver: veeduría ciudadanía pidió al alcalde retirar proyecto de acuerdo 055: (http://www.elmundo.com/noticia/Veeduria-Ciudadana-pidio-al-alcalde-retirar-Proyecto-de-Acuerdo-055/47799)
El proceso de entrega de una porción, mínima, del presupuesto municipal a la gestión ciudadana no ha sido un desvío populista ni es un capricho. Mientras fue integral, se convirtió en escuela para enseñar el valor de los recursos públicos y creó capacidades de deliberación y concertación entre personeros de distintos intereses, forjando toda una escuela de ciudadanía participante para la civilidad y la democracia. El esqueleto del modelo ha sido roto. El alcalde propuso quebrarlo y veinte concejales lo acompañaron en una decisión fatal.