Próximamente Donald Trump cumplirá un año en la presidencia de Estados Unidos y las relaciones con Colombia durante este lapso podrían definirse como distantes. Básicamente el primer mandatario estadounidense solo se ha referido al territorio cafetero para expresar su desacuerdo por el incremento de los cultivos ilícitos, una situación que en su momento le llevó a amenazar con ‘desertificar’ al país.

Aunque comercialmente hablando Estados Unidos es el principal socio de Colombia, Trump no incluye en su lista de prioridades a la Nación dirigida actualmente por Juan Manuel Santos. Según diversos especialistas, el jefe de Estado norteamericano tendría sus intereses diplomáticos puestos en su propia tierra y en el trato con Asia.

“Hay que entender la situación geopolítica, y en el caso de Estados Unidos, América Latina y en concreto Colombia no están en la lista principal de los últimos dos mandatarios. El presidente Trump está muy enfocado en la zona Asia Pacífico”, analizó el profesor de geopolítica adscrito a la Universidad de Antioquia, Gustavo Adolfo Soto Marín.

“La relación con Colombia únicamente se ve centrada en la lucha antidrogas y en una actitud cada vez más exigente en el combate en contra de los cultivos ilícitos. A él no le interesan para nada esos programas de sustitución ni las alternativas para la legalización”, esbozó.

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El balance a casi doce meses del mandatario republicano a la cabeza de Estados Unidos es “ambiguo”. A juicio del profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, el resultado podría tener más inclinación hacia una calificación negativa “porque Trump pidió revisar buena parte de la ayuda que su país venía aportando para el Plan Colombia, probablemente por presión de algunos copartidarios que le llevaron a pensar que el territorio colombiano debía ser castigado por el aumento de los cultivos”.

El académico de la Universidad del Rosario consideró un tanto injusto señalar que únicamente Trump deja por fuera de la agenda prioritaria a Colombia, “porque quien maneja la política externa de Estados Unidos no es solo su presidente. Sin embargo, él ha manifestado en varias ocasiones que le interesa en primer lugar todo lo interno, solo le interesa la política exterior siempre y cuando afecte el desarrollo interior. Por ejemplo, se opone a varios tratados de libre comercio que afectan la economía de Washington, Por esa razón también promueve los cierres fronterizos, según él para proteger a su país”.

Frente a un panorama en el que predomina el desinterés por parte de Trump, la estrategia del Estado colombiano ha consistido en disminuir la dependencia presidencial, y se ha buscado más cercanía con el Congreso y los empresarios, según afirmó el profesor de la Universidad del Rosario. 

“Es claro que Colombia ni siquiera está dentro de la agenda de asuntos inferiores del presidente Trump. Nuestro país es importante para el Capitolio y para algunas personas dentro del Departamento de Estado, por eso la Nación cafetera debe mantener buenas relaciones con esas personas”, consideró el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, Sebastián Bitar Giraldo. 

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Y continuó: “Una de las cosas buenas que hizo el Gobierno de Santos a través del exembajador Juan Carlos Pinzón, y ahora con el actual representante diplomático Camilo Reyes, es mantener un contacto cercano con los parlamentarios de Washington, esto es realmente lo que hay detrás de las buenas relaciones entre ambos países”.

Pese al esfuerzo político del Estado colombiano para conservar estable el trato con el país de Trump, de acuerdo con el profesor Bitar Giraldo todavía existen algunos problemas. Precisó que las relaciones son “más o menos” buenas con una tensión muy fuerte a causa del tema de las drogas.

“El próximo presidente de Colombia sin duda debe trabajar en el tema de los cultivos ilícitos reduciendo el área con sembrados de coca. Una vez este conflicto sea superado las relaciones volverán a ser muy buenas, tal como lo han sido durante los últimos 20 años”, puntualizó el docente de Los Andes.

Por su parte, el profesor Jaramillo Jassir indicó que “llegue quien llegue a la Presidencia colombiana va a tener una serie de vinculantes estructurales. Es decir no se puede meter con el Tratado de Libre Comercio (TLC), se tendrá que esforzar por manetener el apoyo de Estados Unidos hacia el Plan Colombia y tendrá que esforzarse para mantener los derechos de emigrantes colombianos en situación irregular”.

“Ahí no hay mucho margen de maniobra, por retorica en los debates que se avecinan muchos tratarán de diferenciarse en este punto, pero en términos generales la agenda es una, la impone Estados Unidos y la impone la historia”, enfatizó.

La opinión del exembajador Pinzón

Por su experiencia como máximo representante de la diplomacia colombiana ante Estados Unidos, el exembajador y ahora candidato presidencial, Juan Carlos Pinzón, conoce de primera mano el estado de la relación colombo-americana. Aseguró en entrevista con EL MUNDO que cuando el Plan Colombia estuvo al borde del fracaso logró promover un segundo proyecto entre los gobiernos que se denominó Plan Paz Colombia.

“Estados Unidos sigue siendo el primer socio colombiano en el sector comercial, inversionista y turístico, además es el país en el que residen más compatriotas por fuera de su país. No se debe olvidar que el tema de la seguridad ha convertido a ambos países en aliados estratégicos y eso ha permitido luchar en contra del terrorismo y tantas otras diversas formas de crimen organizado”, dilucidó Pinzón.

“Hasta el momento en el que fui embajador la relación fue fluida, de hecho se lograron cosas como la autorización del presidente Trump para lograr la entrada del aguacate hass a Estados Unidos. Y también se logró la obtención de más fondos por cerca de US$90 millones para el Plan Paz Colombia”.

El candidato presidencial coincidió con los académicos y aseguró que el primer mandatario de Estados Unidos se ha vuelto más exigente frente a un tema “que preocupa” como el de los cultivos ilícitos y ese se ha convertido en el factor más “irritante” para la relación con washington.