14.54 fue la marca con la que la deportista volvió a escena tras ocho meses de inactividad. Esta participación marca el inicio de la temporada 2018, que tendrá como objetivo los Juegos Centroamericanos, y que servirá de preparación para Tokio 2020.
Una fría tarde en el estadio de atletismo Alfonso Galvis, en Medellín, súbitamente cambió de clima cuando Caterine Ibargüen salió a calentar para competir en lo que sería el regreso tras ocho meses sin actividad y con algunas dolencias propias del deporte de alto rendimiento.
En este inicio preparativo para la temporada 2018, la atleta de todos los colombianos le regaló a Medellín la para nada despreciable marca de 14.54 metros, suficiente para colgarse la presea dorada en el Grand Prix Ximena Restrepo, organizado por la Liga de Atletismo de Antioquia y con el aval de Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (Iaaf).
La lluvia poco importó a los cerca de 2.500 aficionados que se aglomeraron para ver a la campeona olímpica iniciar su temporada 2018 en tierras antioqueñas. Cuando Ibargüen dejó la carpa junto a la pista, donde esperaba su turno para saltar, las sombrillas se bajaron para darle paso a las lentes de los celulares que querían tener registro de la primera medalla de oro en atletismo en unos Juegos Olímpicos para Colombia.
Cada que posó al final de la pista el ánimo de la gente parecía confundirse con la voz del estadio que anunciaba la entrada de la deportista. El primer intento marcó 14.02 metros, al segundo subió a 14.22. El ritmo y la competencia parecían calentar más el ambiente, pero entonces vinieron tres saltos fallidos, uno tras otro.
“Esas tres faltas hacen parte de la competencia. Hay que aprender a manejarlo”, apuntó la deportista, quien además confesó que el tiempo de tensión que le agregó cada bandera roja le sirvió para concentrarse en competir consigo misma.
“La presión siempre me la pongo yo porque trabajo para mí, para el resultado de mi profesor y de mi gente”, prosiguió Ibargüen.
Sin embargo, para la última salida al escenario se abrió el telón en el cielo y la lluvia cesó, dejando entrar unos tenues rayos de sol. Tal vez haya sido coincidencia, pero en este intento corrió con la misma sonrisa que cautivo al mundo en la final de Río 2016 y ejecutó su salto, regalando algunos centímetros de tabla, para volar por unos segundos y hacerse a la de oro en Medellín con 14.54 metros.
Se levantó entonces del foso de arena apoyándose en su pierna derecha y se dirigió a saludar a aquellos para los que trabaja, su público, que en gran parte eran niños.
“Los jóvenes ven en el deporte una oportunidad. Me encanta ser ejemplo y que los niños puedan, por medio de lo que es Caterine Ibargüen, inspirarse a ser cada día mejor”, apuntó con su carisma de siempre, mientras veía como uno a uno iban entrando a pedirle una fotografía, un autógrafo y los más osados, a pedirle un abrazo.
Su entrenador, el cubano Ubaldo Duany, se mostró tranquilo con el desempeño de su pupila. 14.70 metros era el pronóstico, pero los 16 centímetros que hicieron falta no le preocupan para el inicio de una temporada exigente.
“Nuestro objetivo son los Juegos Centroamericanos y vamos a ir poco a poco con ella. La próxima competencia será en China, casi al otro lado del mundo”, comentó el "papá de Caterine".
Es que el inicio de calendario es prometedor para esa nueva Caterine que saldrá en Tokio 2020 en búsqueda de revalidar el título para todo un país.
“Nosotros siempre trabajamos enfocados en qué podemos hacer nosotros para entregarle al pueblo colombiano y estamos en el proceso de trabajar los Juegos Olímpicos”, aseguró Duany.
Por su parte, y luego de firmar y fotografiarse con su admiradores más jóvenes, Ibargüen manifestó que se siente tranquila, que las molestias que ha tenido son parte del nivel de exigencia y que además en sus rutinas y presentaciones está buscando incluir “algunas cositas” en la parte técnica de su salto para mejorar y aprovechar en esos meses de para que tuvo que para ella fueron más un descanso para volver renovada.
“Lo único que le pido siempre a Dios es que me deje ejecutar mis saltos y seguir disfrutando de esto”, finalizó Caterine.
1. Caterine Ibargüen (Antioquia) 14.54 m
2. Ana José Tima (República Dominicana) 13.83 m
3. Giselly Landazury Parra (Bolívar) 13.76