En otro atropellado paso de un proceso cargado de trampas e irregularidades, la Registraduría acaba de divulgar el tarjetón que usaría en la excluyente consulta popular en la que la camarilla de Ernesto Samper, César Gaviria, Horacio Serpa, Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, embarcó al liberalismo, usándola como garrote para golpear y excluir a importantes voceros que de ellos disienten, y de la que abusan imponiendo al país un costo injustificado, sobre todo en tiempo de penuria.

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El tarjetón divulgado como definitivo es una bofetada a la democracia. Se diseñó sin conocer la decisión sobre la tutela que interpuso la senadora Sofía Gaviria reclamando respeto por sus derechos políticos y se divulgó legitimando la espuria censura de la cúpula liberal a una fuerte expresión dentro de esa colectividad. Además, fue dado a conocer, ¿e impreso?, sin la opción de voto en blanco, o sea poniendo una última, e insuperable barrera, a los seguidores de precandidatos excluidos del proceso porque rechazaron coligarse entre sí, y con el gobierno Santos, para venderle el partido a las decisiones tomadas, y las pendientes, de un gobierno bajo censura de la opinión.

Los atropellos en este proceso ocurren mientras los jueces dan largas a la respuesta a la acción de tutela con que la senadora Sofía Gaviria reclama protección a sus derechos políticos, en especial a ser elegida, la objeción de conciencia y la libertad, así como pide se ampare el derecho a elegir, potestativo de los ciudadanos que votarían por ella o, en su defecto, lo harían en blanco, y que con las decisiones de la DNL y la Registraduría se topan con el impedimento a participar en las decisiones de su partido.

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Con la publicación del tarjetón para la consulta del 19 de noviembre, César Gaviria, sus candidatos y la Registraduría no van a desistir de la trampa tendida contra el pueblo liberal.  Sólo queda reclamarle a la justicia que se pronuncie de manera oportuna, como lo manda la Constitución.