Expertos consideran que cuando un hijo entrega a una madre un ayudante de cocina, una lavadora o cualquier objeto para optimizar las labores domésticas, le está diciendo, implícitamente, que su único objetivo es el cuidado del hogar.
De las manos de sus hijos recibe un delantal nuevo, una olla “a presión” y un sartén antiadherente. Esos son los regalos que reciben algunas madres del mundo en el Día de la Madre.
De los regalos que dan a las madres, “¿cuáles son pensados para ellas como personas? Esos son regalos para que les rinda el trabajo para los demás, para optimizar su productividad”, señaló Sara Yaneth Fernández, docente investigadora de la Universidad de Antioquia, experta en asuntos de género, quien aclaró que estos presentes, en lugar de exaltar a las madres como mujeres, como seres humanos, las perpetúan como ‘ornatos domésticos’”.
Estos estereotipos, explicó Fernández, están reflejados en el mercado, en los medios de comunicación, “figuras de identidad que condicionan la cultura. Los publicistas en realidad no identifican a las mujeres, sino un modelo conservador de madres con muchos hijos”.
Los medios masivos de comunicación juegan un papel fundamental al recrear esos ideales, destacó Fernández: “las revistas que exaltan el papel de la mujer en la sociedad son paradójicas porque también dan tips para el hogar”, entre otros elementos que refuerzan esos ideales de la mujer hogareña, “anclados a hace 20 o 30 años”.
Estas publicaciones refuerzan la idea de que las mujeres “podemos hacer tres o cuatro jornadas laborales, podemos trabajar, pero también somos las encargadas del cuidado de los hijos y la casa”, añadió.
Alexander Rodríguez, terapeuta familiar y docente de la Universidad Católica Luis Amigó, señaló que “las familias de hoy transitan entre múltiples imaginarios que, a propósito de las festividades del Día de la Madre, salen a flote de manera inusual. Pensar en las esposas, madres, mujeres, hace 20, 30 ó 50 años, estaba relacionado con el cuidado del hogar, la tenencia de los hijos y responder a las demandas de su esposo”.
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Hoy el tema ha cambiado, agregó Rodríguez, “posibilita unos nuevos lugares que la mujer ha colonizado, que se ha ganado políticamente, con la construcción de sí misma. La madre hogareña no ha desaparecido, hoy se ha transformado, por lo que nuevas estéticas y representaciones aparecen en el comercio, la cultura, la política e incluso en las mismas relaciones vinculares como ellas son protagonistas de su propia historia de vida”.
Fernández aseveró que el mercado interpreta el papel de la mujer en el hogar y ofrece para ellas ayudantes de cocina, lavadoras, un gran comercio.
Los elementos ofrecidos por el mercado a las madres “son para que mejore la alimentación de la familia. Además hay franjas del mercado dedicadas a mujeres con capacidad de pago”, especificó, por su parte, la especialista en género.
Esto fortalece el “discurso retrógrado de que las mujeres no salen de su casa, como si su único destino fuera ser madre. Todavía el comercio no ha captado que las mujeres tenemos necesidades distintas”, concluyó Fernández.