El recorte presupuestal a Colciencias va a costar más de lo esperado
El gobierno nacional ha decidido recortar en 2018 el presupuesto para Colciencias en 42%, pasando de 379 a 220 mil millones de pesos. Es claro que menos recursos para investigación se traducen en menores oportunidades para los investigadores que ya viven en el país. Así las cosas muchos tomaran la decisión de contactar a sus colegas en universidades del exterior con el fin de buscar oportunidades en otros países. Este fenómeno está muy bien estudiado y se llama la “fuga de cerebros”.
De acuerdo con la UNESCO en Colombia este fenómeno ya se viene presentando, incluso antes del recorte mencionado. En 2010 había 182 profesionales por cada millón de habitantes dedicados a la “concepción o creación de nuevo conocimiento, productos, procesos, métodos o sistemas y en la administración de estas actividades”, en 2014 el número bajó a 115. Esto representa una caída del 37%.
Esta caída (asumiendo que los datos son acertados) puede responder a la mezcla de dos fenómenos. Muchos de los que estaban se están yendo. Y muchos de los que se fueron no están regresando. Respecto al primer punto basta recordar el fiasco que resultó el programa de retorno de investigadores a Colombia de Colciencias llamado “Es tiempo de volver”. Respecto al segundo factor, los estudiantes de doctorado o de posdoctorado, que por definición no son tontos, viendo la situación de financiación del país, seguramente están haciendo todo lo posible por quedarse afuera.
Hay un tercer factor sobre el que me gustaría llamar la atención, que no tengo medido con cifras, pero que de manera anecdótica he visto en los círculos académicos. Usualmente las personas que deciden dedicarse a las ciencias lo hacen porque desde niños están rodeados de ambientes científicos e intelectuales. Si esta hipótesis es verdad, no solo estamos perdiendo los científicos actuales sino los hijos de los científicos que migran. La probabilidad de querer vivir en Colombia para alguien que vive fuera está muy ligada a tener lazos afectivos en el país.
El recorte de presupuesto a Colciencias es un leño ardiente adicional que se echa al problema de los cerebros fugados en Colombia. Estamos creando más incentivos para expulsar y para detener el regreso de científicos al país.