A pesar de su corta edad y de ser un novato, el boyacense Rafael Antonio Niño logró dar un paso rápido al ciclismo europeo, en el que sólo estuvo un año, porque después regresó al país a aplicar lo aprendido, cambiando y dándole un giro importante al ciclismo colombiano.
Historia, innovación, tecnología, aportes y títulos son sinónimos de lo que ha sido para el ciclismo colombiano el gran corredor boyacense Rafael Antonio Niño, quien a pesar de su juventud fue el segundo ciclista colombiano en irse a competir a Europa y quien después de regresar al le dio un giro muy importante al ciclismo cafetero.
La implementación de los patrocinadores, de muchos aspectos logísticos y técnicos que hoy en día se tienen en el ciclismo se le deben a Rafael Niño, quien después de estar un corto tiempo en Europa se devolvió e inició una transformación trascendental en el mundo de las bielas.
En diálogo exclusivo con EL MUNDO, Rafael Antonio Niño contó cómo se dio su llegada a Europa, los recuerdos que tiene de su paso en ese territorio, por qué se regresó a su país, qué cosas aplicó en Colombia del estilo Europeo, cómo ha cambiado el ciclismo cafetero desde esa época y las expectativas que tiene con su equipo en la carrera colombiana en la que es el rey absoluto: la Vuelta a Colombia.
Rafael Antonio Niño inició su carrera en 1970 cuando sorprendió a todos al ganar la edición número 20 de la Vuelta a Colombia siendo tan solo un joven de 20 años. Entre 1973 y 1974 se convirtió en corredor profesional y se fue a correr a Europa, allí estuvo un año y luego se regresó a Colombia, donde consiguió importantes triunfos para luego terminar su carrera como deportista y convertirse en técnico.
De su llegada a Europa, Niño afirmó que “un entrenador italiano, Claudio Costa, estaba en Colombia, me vio ganar la Vuelta a Colombia y me consiguió un contrato para ir a correr en Italia en el Jolly Ceramica en el año 1974. Así fue como se dio mi llegada a Europa”.
De ese paso por territorio europeo recuerda mucho que “todo fue nuevo, porque eso era para mí una evolución de lo que había en Colombia, que era el acompañamiento en bicicletas en vez de vehículos, los auxiliares, se iban a hoteles de una estrella o menos, y me di cuenta de cómo se trabajaba en Europa”.
Entre los miles de recuerdos que tiene Niño de esa época confesó que nunca olvida el “haberme regresado de Europa tan joven, pero en esa época era muy difícil porque nos llevaban de gregarios y de gregarios terminábamos. Era una época en la que uno tenía que empujar al líder con la mano y sino el líder andaba colgado al gregario, entonces me cansé de eso y me tuve que regresar de Europa. La oportunidad como se da en este momento no la tuve”.
Después de haber corrido un año con un equipo italiano y de no conseguir lo esperado, Rafael se devolvió para Colombia, donde recibió muchas propuestas y decidió quedarse como director deportivo.
“Después de que regresé me ofrecieron el equipo del Banco Cafetero, entonces conseguí mis ciclistas y les dije que iban a estar conmigo, pero que su trabajo sería ser mis gregarios, es decir que tenían que estar pendientes de mí en la carrera, en un pinchazo me tenían que llevar, tenían que trabajar para un líder, mejor dicho todo lo que se estaba aplicando en Europa. Ahí se puede decir que prácticamente inició mi carrera como técnico”, detalló.
En su primer año como corredor, Rafael logró lo que muchos no habían podido, conseguir un título importante para Colombia en el exterior en 1987 cuando ganó la Vuelta a España con Lucho Herrera como su pupilo.
“Después de que dejé el ciclismo tenía una industria de marcos para bicicleta en Bogotá y llegó Miguel Ángel Bermúdez a decirme que si me gustaría dirigir el equipo Café de Colombia, no lo creía porque tenían un técnico francés, han tenido español, inclusive antes estuvo Raúl Mesa, entonces pregunté qué hay que hacer y me dijeron que nada, que conocía mi experiencia y mis habilidades en la dirección técnica y que le gustaría que lo hiciera, se reunieron, me contrataron y gracias al Señor de momento nos ganamos la Vuelta a España en la primera participación”, explicó el también llamado Niño de Cucaita.
Cuando volvió a Colombia, Niño implantó muchas cosas y fue lo mejor para el país en ese momento, pues debido a eso el ciclismo del país está creciendo cada día más.
“Cuando vine a Colombia nuevamente conseguía los patrocinadores y prácticamente dirigía el equipo sobre la bicicleta. Cuando regresé de Europa comencé a implantar los vehículos acompañantes, con las bicicletas sobrepuestas, las motos no las llevaban entonces todos los equipos se pegaron ahí mismo de la nueva tecnología y los auxiliares, que siempre los tenían marginados, los llevaba a los mejores hoteles con nosotros y cuando hice eso para toda la gente fue una evolución que afortunadamente fue para bien. En la parte deportiva también apliqué muchas cosas, tanto que después de eso gané cuatro Vueltas a Colombia”, manifestó el boyacense.
Al ciclismo colombiano lo ve con muchos cambios desde que vino de Europa: “Ha cambiado muchísimo, sobretodo en la parte logística, en la parte del material, las bicicletas, la rueda lenticular y todas esas cosas. Creo que eso es lo que más veo en este momento y también la evolución en cuanto a los deportistas, porque ya los están cogiendo muy jóvenes para llevarlos a Europa, entonces esa es una gran ventaja porque ya se está volviendo esto como un comercio, como el fútbol, entonces es muy importante para el ciclismo colombiano”.
Para él “se puede mejorar en cuanto a la parte de competencias, tener mejores carreras, más grandes, invitar más equipos europeos, para que subamos de nivel”.
El boyacense Rafael Niño ganó seis veces la Vuelta a Colombia, carrera de la que aún tiene muy bonitos recuerdos y en la que actualmente participa con su equipo Ebsa.
De las seis carreras que ganó confesó tener “dos muy especiales. Una es la primera que gané porque era novato, nadie creía, ni yo mismo, que la podía ganar, entonces para mí fue una satisfacción muy grande haberle ganado a los grandes del momento. Y la otra es la última que gané, porque lo hice con segundos de bonificaciones, entonces ya cuando uno está terminando su carrera deportiva antes le cuesta trabajo ganar, entonces por eso recuerdo mucho esas dos Vueltas”.
En esta edición 67 de la carrera “esperamos que las cosas nos salgan bien, venimos de ganar la Vuelta a Boyacá, de ganar etapa y cuarto y quinto en Girardot, entonces creo que podemos llegar a hacer también un buen papel en esta Vuelta a Colombia”.
Para muchos otros grandes ciclistas o técnicos que ha tenido el ciclismo colombiano, lo que hizo Rafael Antonio Niño cuando regresó de su paso por Europa fue muy significativo para la historia del deporte de las bielas en el país, pues lo marcó para siempre.
Para el director deportivo del EPM, Raúl Mesa, Niño "le aportó mucho al ciclismo colombiano, porque cuando Rafael llegó de Europa, en la época de 1976, llegó y montó en su equipo la estructura que vio en el equipo europeo en el que corrió. Fue el primero que montó lo del acompañamiento en los carros, que tuviéramos cosas en la llegada, logísticamente a Rafael se le debe que hubiera iniciado con un equipo bueno el montaje y la estructura que se tenía en Europa".
Por su parte, Martín Emilio Cochise Rodríguez coincidió con Don Raúl y opinó que el boyacense "hizo un aporte muy grande. Rafael fue el que trajo la parte técnica verdaderamente específica, porque fue él quien empezó a conformar los equipos con apoyo de patrocinadores, desde ahí se empezó a estructurar un ciclismo más técnico".