Correa, que gobernó Ecuador entre enero de 2007 y mayo de este año, tuvo a Lenín Moreno como su vicepresidente en el primer tramo de su gestión e incluso aupó su candidatura para las últimas elecciones presidenciales, que ganó.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, que llegó esta madrugada a su país tras varios meses de residencia en Bélgica, arremetió este sábado contra su sucesor y correligionario, Lenín Moreno, al que acusó de haberse aliado con lo peor de la política nacional.
El exmandatario, en una rueda de prensa en la sede del movimiento Alianza País (AP) en la ciudad costera de Guayaquil, criticó que Moreno, también militante de esa formación, se haya aliado a grupos de derechas y populistas para marcar diferencias con su administración.
No obstante, Moreno y Correa han protagonizado una permanente pugna verbal y política desde que el primero asumiera el mando del país el pasado 24 de mayo, lo que ha fraguado también una seria división en el movimiento oficialista.
En ese marco, Correa llegó esta madrugada al aeropuerto de Guayaquil, donde fue recibido por cientos de sus simpatizantes, aunque también se registraron incidentes con un grupo de detractores encabezados por el también expresidente populista Abdalá Bucaram (1996-1997).
Justamente, Correa criticó la supuesta alianza de Moreno con el derechista Partido Social Cristiano (PSC), con el grupo de Bucaram y con ciertos "banqueros", a los que no identificó.
Esa actitud, dijo, es "una completa traición a nuestros principios" y aparece como una "contrarrevolución desde nuestras propias entrañas".
Según Correa, la Revolución Ciudadana, como denomina a su modelo de Gobierno, ha sido atacada por Moreno y dijo temer que ello suponga la recomposición de la derecha en el país.
Por ello, llamó a sus simpatizantes a "volver a las calles" y reconstruir el movimiento, aunque anticipó que si las bases de su grupo lo aprueban, pedirá la expulsión de Moreno de la formación oficialista.
Alianza País, desde la facción correísta, prepara una Convención Nacional para el próximo 3 de diciembre, en la que estará presente Correa y en la que podría aprobarse la expulsión de Moreno y otros militantes de esa formación ahora críticos a la gestión del exmandatario.
El ala morenista de AP, de su lado, reclama también la conducción del movimiento y en una acción, desconocida por los correístas, nombró recientemente a nuevos dirigentes afines al actual Gobierno.
Asimismo, en esa reunión convocada por Moreno, se anunció una futura convocatoria a otra Convención de AP para después de la consulta popular que impulsa el Ejecutivo que, entre otras cosas, busca impedir que Correa vuelva a presentarse a futuras elecciones presidenciales.