Abierta a cualquier idea de negocio o emprendimiento que se tenga, adicionalmente tendrá el sello Felicidad en su proceso, por lo que colaborar, interrelacionarse y cooperar para sacar adelante las nuevas empresas, serán las competencias más sobresalientes
Son poco menos de 100 mil habitantes los que viven en la ciudad de Quillota, ubicada en la zona central de Chile. Hace un poco de frío pero se respira el aire más puro de todos, por que está enmarcada en el majestuoso parque nacional “La Campana” en la cordillera de la costa, tal vez la más antigua de este continente. Además con sus escasos 500 metros sobe el nivel del mar, en menos de 40 minutos ya es posible disfrutar de las playas del sur del océano pacífico. En Concón, la ciudad más cercana con mar. No tocaré el tema de los mariscos y mucho menos, el del Pisco. Me gusta mucho esta ciudad porque fuera de su privilegiada ubicación, decidió trabajar por la felicidad y eso le implicó cambiar el formato de gobierno hacia un esquema colaborativo dirigido al bienestar. Parece imposible medir los indicadores de una ciudad feliz, pero definitivamente, son más fáciles de comprobar en la calle por la actitud de la gente (además de que todos cuentan con lo mínimo básico elemental resuelto). Un dato adicional, hace casi 30 años tienen el mismo alcalde, ha ganado por una impresionante mayoría siempre y acaba de volver a ganar. Retomo a Quillota, por que empezó un proyecto esta semana de altísimo impacto; La Escuela de Emprendimiento. La ciudad tiene una oficina Municipal de información laboral OMIL, que es dirigida por un estudioso de los procesos sociales, el Orientador Familiar, Francisco Andrés Marchant López. También visitó a Medellín, entre muchas otras del mundo, para tener contexto en el proceso de gestión municipal, pero de cara al bienestar como indicador principal. Esta escuela es la primera en realizarse en Quillota, abierta a cualquier idea de negocio o emprendimiento que se tenga, adicionalmente tendrá el sello Felicidad en su proceso, por lo que colaborar, interrelacionarse y cooperar para sacar adelante las nuevas empresas, serán las competencias más sobresalientes.
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Más allá de poder entregar conocimientos contables, o estrategias de marketing digital, más allá de conocer cuales serán las fuentes de financiamiento. Más importante incluso que la formalización comercial o el potenciamiento de una marca, lo principal aquí es que el desarrollo personal y las habilidades blandas para que todos las propuestas puedan surgir y a la vez aportar a la ciudad.
Los mentores son voluntarios, son profesionales que quieren dedicar tiempo y ganas a capacitar a todos los interesados en crear, en innovar.
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El alcalde Luís Mella ha sido reconocido en todo el mundo por el modelo de ciudad feliz que implementó en Quillota, Modelo que conocí profundamente y del que doy fe. En la última visita que hice a esta ciudad, una persona del hotel me dijo: “Ya sabemos quien es el alcalde, entonces no nos vamos a preocupar por tener que mirar quien más se postula. El cargo no está vacante, al menos mientras el Doctor Mella este vivo”. Es un gran médico el alcalde Mella y mejor ser humano (ni mencionar la gestión como alcalde para ser sucesivamente reelegido por 30 años), al punto de convertir una ciudad común a las demás, en un referente para el mundo a punto de querer a sus habitantes, la mayoría sus pacientes. Quillota toda es una gran escuela de emprendimiento, un ejemplo en la construcción de #CiudadaníaAntesQueCiudad que es nuestra apuesta, una manifestación clara de la eficiencia que puede llegar a tener una ciudad feliz. Muy orgulloso del trabajo del Doctor Mella. Soy un embajador de esta ciudad y la refiero a donde quiera que voy. Felicitaciones al Orientador Familiar Marchant por su gran apuesta, seguramente toda la América Latina replicará esta experiencia.