Problemas actuales de la circulación urbana en Medellín Estacionamientos y parqueaderos
Bien es sabido que el transporte urbano y por consiguiente el interurbano en áreas metropolitanas de tamaños apreciables, afecta directamente la calidad de vida de nuestras ciudades y conglomerados sociales.
Bien es sabido que el transporte urbano y por consiguiente el interurbano en áreas metropolitanas de tamaños apreciables, afecta directamente la calidad de vida de nuestras ciudades y conglomerados sociales. Por lo tanto, los estudios de transportes deben orientar sus investigaciones hacia la solución de interrogantes que provienen del crecimiento ordenado o aún no planificado de estas áreas o zonas de población.
Un área urbana o una ciudad, deben mirarse como un sistema complejo. Como muchos sistemas, es una aglomeración de subsistemas: de suministro de agua, de distribución eléctrica, de control de aguas residuales, de tránsito, de comunicaciones, entre muchos. Cada uno de ellos tiene sus componentes, por ejemplo: el sistema de transportes incluye la movilidad por aire, ferrocarril, buses calles y avenidas; de señales de tránsito, de estacionamientos y parqueaderos, de peatones.
El crecimiento del número de vehículos y motos en Medellín, sumado al aumento del número de viajes diarios por vehículo, a la falta de parqueaderos para visitantes en edificios antiguos que son grandes generadores de volúmenes de tránsito, ha llevado a que la circulación urbana se enfrente al problema que se refleja en las frecuentes congestiones urbanas en esta ciudad, como es la necesidad de dejar los vehículos estacionados después de cada viaje.
A medida que la población crece en las ciudades, y se identifican las distintas centralidades urbanas, este fenómeno aumenta y se diversifica, y las congestiones de tránsito se presentan en múltiples sectores.
Una de las fases del diseño de la circulación urbana, es la de definir las zonas de parada y delimitarlas, como también de los espacios para el estacionamiento de los vehículos al final de los viajes, que pueden estar bien sobre la vía pública o fuera de la misma.
El estacionamiento sobre las vías públicas ha sido tradicional y es el ideal, pero sus restricciones van aumentando por múltiples razones. Sobre las vías principales de la retícula vial, las vías arterias, las grandes avenidas y los bulevares, no se debe permitir el estacionamiento vehicular para garantizar el flujo vehicular.
Hace poco se amplió la avenida Nutibara en las vecindades de la Universidad Pontificia Bolivariana de esta ciudad, con el fin de tener tres carriles en toda la extensión de la vía, y así mejorar la circulación vehicular; pero se permitió el estacionamiento en uno de sus carriles localizados en el costado sur, lo cual redujo la capacidadde la vía y no se logró la descongestión deseada. Cosa similar pasó en el bulevar de la carrera 70, con uno de los carriles localizado al occidente de la calzada con igual impacto.
En esas vías que son importantes para agilizar el flujo vehicular, se puede previos estudios de ingeniería de tránsito, llegar a permitir el estacionamiento en horas nocturnas que así lo permitan.
Para el centro de Medellín, debe pensarse en la necesidad de construir parqueaderos en altura, en el exterior del anillo circulatorio que lo encierra: calle San Juan-Avenida Oriental-calle 58-avenida del ferrocarril. Con incentivos tributarios para sus constructores, se lograría un gran alivio en la circulación urbana de la ciudad, y se van dando las condiciones para la peatonalización total del centro histórico de Medellín.
El pasado nos interroga sobre la necesidad: de plantear políticas claras para el estacionamiento vehicular en esta ciudad. Suprimir el estacionamiento en todas sus vías principales. Tener mediante Acuerdo, el incentivo económico para la construcción de edificios de parqueaderos.
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