Juliana Giraldo Jaramillo ocupó el quinto puesto en patinaje artístico en los Roller Games y se perfila como próxima campeona del mundo en su categoría.
Colombia realizó una excelente actuación en la pasada edición de los Roller Games disputados en Nanjing, China. El combinado nacional de la modalidad carreras obtuvo su decimoquinto título mundial, el octavo de manera consecutiva y la ratificación como potencia en la categoría, pero los juegos dejaron otra noticia. El patinaje artístico poco a poco se va convirtiendo en otra modalidad de grandes progresos.
La antioqueña Juliana Giraldo tiene 23 años pero toda la experiencia en competencias internacionales. Con siete mundiales a cuestas y cuatro en la categoría seniors, la nacida en Rionegro ha ido acumulando experiencias para conseguir su mayor objetivo, colgarse la medalla de oro en un campeonato mundial.
“Yo me sentí muy bien en la competencia, obviamente hubo errores, pero este quinto puesto que ocupé ha sido uno de los mejores en mis participaciones a nivel mundial y creo que cada vez voy mejorando más, de estos campeonatos se aprende mucho y se debe hacer auto evaluación para mejorar en el futuro”, contó a El Mundo la joven patinadora.
Juliana es una persona exigente, es consciente que el puesto que obtuvo es un gran logro pero asegura que no se conforma con ello, por el contrario, la motiva a luchar primero por un lugar en el podio y luego por una presea dorada que es su máximo anhelo. “La experiencia en un mundial siempre es de aprendizaje, uno siempre está en constante cambio y tiene en cuenta muchas cosas para poner en práctica en futuros campeonatos”, agregó la deportista.
Lo más difícil para la de Rionegro fue conseguir el apoyo y los fondos suficientes para poder participar en los Roller Games, porque el presupuesto de la Federación Colombiana de Patinaje no fue el suficiente para poder patrocinar a todos los deportistas, pero esto no fue un impedimento para Juliana, quien con ayuda de su familia y el apoyo del Inder de Rionegro y la Liga Antioqueña de patinaje, reunió el dinero suficiente para seguirle mostrando al mundo todo su talento.
La experiencia para ella fue grata y enriquecedora, su único miedo era la alimentación y el cambio de cultura de un país como China, pero como buena antioqueña supo sortear la situación. “Alcancé a probar unas cositas pero pequeñas, aunque yo prefería comer en el hotel, allí teníamos a los nutricionistas que viajaron con la delegación y el menú no era tan raro”.
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El nivel de la competencia fue muy alto, el patinaje artístico es un deporte de apreciación, subjetivo, y los jueces se fijan en cada detalle que pueda hacer la diferencia, por eso Juliana se sigue preparando porque cada día ve más cercano el momento en el que Colombia pueda codearse con potencias como Italia y Alemania, y por qué no mantenerse en la élite de esta disciplina