El descubrimiento de una posible onda gravitatoria en la atmósfera de Venus evidencia que el planeta rocoso es más complejo de lo que señalan estudios previos.
Un equipo de científicos de la universidad Rikkyo de Tokio señaló ayer, en un artículo publicado en la revista Nature Geoscience, que al parecer detectó una onda de gravedad en la atmósfera de Venus, gracias a la información captada por la sonda espacial Jaxa Akatsuki.
“Las imágenes recibidas permiten identificar una enorme estructura estacionaria en la rápida atmósfera del planeta, cuyas nubes en la gruesa capa atmosférica superior se suceden a un ritmo de unos cien metros por segundo”, señalaron los científicos.
Añadieron que la inusual formación se extiende unos 10.000 kilómetros por sobre las nubes de Venus y registra una temperatura mayor a la de la atmósfera que la rodea. Los científicos observaron que esa región no se mueve junto a los vientos atmosféricos que hay detrás, sino que se mantiene fija sobre una región montañosa.
Los autores precisaron que la formación puede ser “el resultado de una onda gravitatoria que se habría generado en la atmósfera inferior a medida que se eleva por encima de la topografía montañosa”.
Pero advirtieron que todavía no se sabe si las ondas de gravedad inducidas por montañas pueden propagarse fácilmente hasta las cimas de las nubes del planeta rocoso.
Señalaron, no obstante, que los hallazgos demuestran que “las dinámicas atmosféricas de Venus son más complejas y profundas de lo que se pensaba”.