La historia del equipo de fútbol de Santa Catarina, en Brasil, el Chapecoense, el club que no se detuvo, que por honor a sus víctimas y a los sobrevivientes de la tragedia buscó renacer. Esa es la trama de Por siempre Chape, documental que se puede ver en las salas de cine nacionales por estos días.
Luis Ara, el director de cine uruguayo que hizo un homenaje al club Chapecoense en su octava producción cinematográfica, Por siempre Chape, habló con EL MUNDO sobre cómo logró materializar su idea de llevar a las pantallas de cine la historia del Chapecoense.
Durante varios meses realizó viajes y entrevistas en Colombia y Brasil buscando documentar, “de la forma más humana”, la historia de cómo el club de Santa Catarina, en Brasil, logró renacer y reconstruir su fútbol.
Ara contó de sus gustos por los deportes y de cómo surgió ese “amor especial” por el club brasileño cuya tragedia conmovió al fútbol mundial.
Después de la consternación mundial por los hechos del 28 de noviembre de 2016, ¿cómo logró realizar su idea de documentar la tragedia?
Uno como realizador y documentalista siempre está presto a las historias reales, a los hechos que captan la atención del mundo.
Para esta historia, yo venía siguiendo la trayectoria del Chapecoense, un pequeño club que había ascendido de la serie B a la serie A en pocos años y encima había logrado llegar a la fina de la Copa Sudamérica.
Eso lo había hecho notorio en el ámbito local, y, por supuesto, el día de la tragedia eso se vuelve una noticia mundial y todo el mundo empieza a escarbar y a contar quiénes son ellos, a quién le pasó esto.
La tragedia es algo que no se puede modificar ni cambiar, pero a partir de ahí hay otro hecho que me llamó mucho la atención y fue cómo ese club, en muy poquito tiempo había logrado reconstruirse, básicamente en ese accidente murieron todo sus integrantes y directivos.
Me atrajo poder compactar en un mismo filme toda la historia de ese club.
Imagen de la premiere del documental el pasado 2 de agosto en La Ceja, en el que estuvieron rescatistas y hinchas del Atlético Nacional.
Foto: Cortesía de Cinemas Procinal
¿De qué se cuidó para no caer en el morbo de la tragedia?
Quise no hacer foco, necesariamente, en el accidente, creí que era el lugar común al que todos querían ir.
Para mí fue más interesante decir qué hay en ese pueblo que hizo o permitió que en tan poco tiempo lograra lo inimaginable y, a pesar de una tragedia, que conmocionó por completo a esa pequeña ciudad, poco tiempo después vuelven a reconstruir, ese fue mi argumento, el inicio de esta historia, mi idea de documental.
¿Se recrean allí cuáles escenas?
La película se filmó básicamente en Medellín, por la cercanía al lugar de la tragedia (La Unión, Antioquia) y por la solidaridad que expresó ese pueblo al club; en Chapecó, la cuna de esta historia; en Barcelona, porque el club fue invitado a jugar un partido ante el Real Madrid y en ese partido volvió a jugar uno de los sobrevivientes del accidente, y en Montevideo, porque dio la casualidad que ellos fueron a jugar un partido en Uruguay y nosotros estábamos ahí.
¿Y cómo está sustentada en el documental la unión Chapecó-Atlético Nacional?
Lo que a mí me motivó a hacerle una especie de homenaje al pueblo de Medellín fue no la tragedia de Chapecó sino lo que vino después; los homenajes que hicieron aquí, cómo trataron a los sobrevivientes y a los familiares de las víctimas, cómo se comportaron los rescatistas.
Tuve la oportunidad de entrevistar a la hija del jefe de Bomberos de la Unión, una joven de 17 años que fue de las primeras en llegar al lugar del accidente, ese tipo de esfuerzos, de trabajos, me pareció muy importante de reconocerlos.
¿Quiénes son los personajes de Por siempre Chape?
La película tiene varios hilos conductores, pero principalmente hay un grupo de personas que son del club Chapecó, quienes por distintos motivos no viajaron con las victimas el día del accidente; luego está el grupo de sobrevivientes, los tres jugadores y el periodista Rafael; familiares de las víctimas.
Los que no viajaron cuentan la historia del club, pero a su vez son quienes estuvieron a cargo de la reconstrucción del equipo; los sobrevivientes cuentan el antes y el momento del accidente, y de Medellín está el expresidente de Atlético Nacional, Juan Carlos de la Cuesta, también hinchas del Verde de Antioquia, y la controladora aérea, Yaneth Molina.
Dependiendo el momento en la historia del club, en Por siempre Chape hay unos interlocutores que tienen cierto protagonismo.
¿Hay escenas en La Unión?
Hay escenas de Medellín en general, se filmó en La Unión, en el lugar del accidente. Es un documental muy grande, que tuvo mucho trabajo de producción, de realización y de investigación.
Se logró, sobre todo, tener esa intimidad con todos los personajes que de algún modo pudieron narrar esta historia de principio a fin.
Sí, a mí me gustan mucho los deportes en general. He hecho deporte toda la vida y soy un gran fanático del deporte.
Me gusta el deporte sano, el que rescata los valores más amaters, creo que Chapecoense tenía eso del equipo pequeño que iba conquistando cosas impensadas, era el ejemplo de perseguir un sueño sin importar la parte económica.
El HT PorSiempreChape estuvo sonando mucho después de la tragedia, sirvió para que el mundo entero manifestara su solidaridad con el pueblo de Chapecó, ¿por qué utilizarlo para el nombre de este documental?
Fue un gran tema de discusión, era muy difícil poner un nombre; entonces, lo que a mí me gustó es que se logró poner un nombre que miraba hacía adelante, que tiene de algún modo una mirada hacía el pasado también.
Tiene algunos simbolismos, y luego del accidente creo que Por siempre Chape representa, igualmente, el sentido de la reconstrucción del club.
¿Esta historia quedó concluida en el documental? ¿Hay algo que se pueda materializar después?
Esta es sólo una muestra de esta historia.
¿Dónde más se está distribuyendo este documental?
Esta película está en las carteleras de cine de Colombia y Brasil, y se estrenó en Netflix en el resto del mundo, en más de 170 países que tienen esta plataforma, en 12 idiomas.
Me parecía importante que Brasil y Colombia pudieran tener la oportunidad de verla en los cines. Creo que era una señal de respeto.