El gobierno de Ecuador confirmó que los tres periodistas secuestrados por hombres de alias guacho fueron asesinados.
El equipo periodístico que fue secuestrado por 18 días, estaba compuesto por un periodista, un fotógrafo y un conductor, quienes investigaban ataques de organizaciones criminales en la frontera entre Ecuador y Colombia.
Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra eran los tres miembros del diario El Comercio secuestrados el 26 de marzo.
De 32 años, Javier Ortega, era el líder del grupo, era soltero y no tenía hijos. Ortega vivió su adolescencia en España, pero regresó a Ecuador para estudiar periodismo. Era un apasionado al fútbol, pasión que lo llevó a ser practicante de Últimas Noticias –un diario de la misma casa editorial–, en donde escribió sobre ligas de diferentes barrios y donde además trabajó como redactor de sucesos.
Desde hace seis años cubría temas judiciales y de seguridad para el diario ecuatoriano, haciendo parte del equipo de seguridad con el que ha realizado reportajes sobre criminalidad, corrupción y violación de derechos humanos. Su tesis de pregrado fue un reportaje sobre microtráfico en La Mariscal.
Ortega estuvo a cargo del cubrimiento de la última etapa del proceso de paz con las Farc en Colombia en el 2016, además investigó, en 2017, los tentáculos de la corrupción de Odebrecht en Ecuador.
Paúl Rivas, de 45 años, estudió publicidad, pero se decantó por la profesión de su padre: la fotografía. Rivas deja a una hija de 22 años, que sigue los pasos de su padre y abuelo.
Paúl Rivas es de los tres empleados de ese diario secuestrados, el que más tiempo llevaba vinculado a esa empresa. Había llegado en 1999. Se vinculó a El Comercio hace casi dos décadas y recibió siete premios a nivel nacional por su trabajo.
El conductor, Efraín Segarra, llevaba 16 años transportando a los periodistas de El Comercio. Con 60 años, Segarrita, como le decían en el diario, era el conductor de más edad de ese equipo y durante 36 años trabajó como conductor.
Segarra deja dos hijos con los que compartía su pasión por el equipo de fútbol Deportivo Quito.