La ganadora del Premio Rey de España habló sobre las realidades de los medios colombianos.
La periodista Patricia Gómez cree que los informadores del país están focalizados de manera casi exclusiva en el final del conflicto armado con la guerrilla y en las perspectivas de la paz y dejan a un lado otros problemas sociales vinculados a ecología, mujeres e infancia.
Gómez recibirá este lunes 27 de marzo el Premio Rey de España en su categoría de Periodismo Ambiental y Desarrollo Sostenible, de manos de Felipe VI, por el reportaje Plomo: veneno invisible, emitido por RNC Televisión.
Para saber más sobre el premio Rey de España a Patricia Gómez.
El programa muestra los problemas que causa la exposición a ese metal en la zona de Malambo (Atlántico) adonde viajó para investigar la muerte de tres niños de una familia.
Al llegar vio la relación entre esas muertes y la existencia de una planta fundidora de plomo procedente de baterías de vehículos, con el resultado de que contamina el aire y los ríos de la zona, donde se vierte ácido sulfúrico.
Gómez explicó que todos esos residuos causan daños en el cerebro de los niños, hasta el punto de ocasionar problemas cognitivos y retraso.
Se trata de plantas presentes en Colombia y que generan unos 7.000 dólares al día, con los que –según Gómez- se pueden pagar sobornos para permitir la continuidad del negocio sin problemas.
La periodista está interesada en estos tiempos en contar historias sobre problemas que afectan al medio ambiente, al maltrato a las mujeres y a la infancia, por entender que se han descuidado en el actual contexto en que lo importante es la paz.
Gómez está de acuerdo en esa importancia, pero no quiere que la agenda periodística esté copada por eso, de modo que se abre a otras historias para "hacer contrapeso", aunque ahora sean "residuales".
Con el reportaje galardonado ha conseguido que el Congreso trate ese problema y ahora está poniendo énfasis en los casos de abusos sexuales a menores, no sólo por parte de ciudadanos anónimos y cargos institucionales, sino también en años pasados por los paramilitares.
Según Gómez era frecuente que los paramilitares usaran la violación como medio de tortura para conseguir testimonios con los que identificar a guerrilleros y las víctimas no han tenido después apoyo psicológico.