Para qué candidato o candidatos presidenciales cogerán los más de cinco millones de votos de los conservadores, los liberales y los de la U. Cómo jugarán los ocho millones de colombianos que votaron para el Congreso, pero no en las consultas.
Transcurrida una semana después de las elecciones legislativas y de las dos consultas interpartidistas quedaron definidos los binomios presidenciales, pero no todos los apoyos partidistas a los candidatos que disputarán la muy interesante primera vuelta presidencial del 27 de mayo.
Al cierre de modificaciones de las fórmulas de los aspirantes a la presidencia y a la vicepresidencia de Colombia, las dos grandes novedades fueron el cambio que introdujo Germán Vargas de su compañero de fórmula y la revelación, por fin, de la pareja que acompañará a Gustavo Petro.
De ese modo quedaron listas todas las parejas que se medirán en las urnas por la Jefatura del Estado y también concluyeron las aspiraciones presidenciales de Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordoñez y Juan Carlos Pinzón.
El cedazo de las firmas y las consultas liberal de noviembre y las de hace ocho días, sólo dejaron en la carrera presidencial a siete binomios.
Sólo animando la competencia, pues sus posibilidades son bien remotas, figuran las opciones de Piedad Córdoba y Viviane Morales, quienes en términos ciclísticos avanzan en la parte muy trasera del lote de los presidenciables, de acuerdo con los resultados que han arrojado las temibles encuestas de opinión pública.
La negra Piedad tiene como fórmula vicepresidencial al exmagistrado de la Corte Constitucional, Jaime Araujo Rentería, mientras que la actual senadora de tendencia religiosa al profesor en teología Jorge Leiva Durán.
La candidatura de la exfiscal Viviane Morales está en veremos hasta el jueves, cuando el Consejo Nacional Electoral se debe pronunciar sobre la demanda contra su inscripción como aspirante presidencial.
La querella fue elevada por el abogado antioqueño y conjuez del Tribunal Administrativo de Antioquia, Martín Cardona, al considerar que esta candidata está inhabilitada, pues en su criterio violó la disposición que ordena que un corporado, en este caso ella como senadora, para poder aspirar a la siguiente elección por otro partido debió haber renunciado al aval liberal un año antes del primer día del periodo de inscripciones y no lo hizo.
En efecto, Viviane Morales está aspirando por el revivido partido Somos (antes Alas) y la audiencia para escuchar a las dos partes se llevó a cabo el pasado jueves en Bogotá.
Así las cosas y si las encuestas no fallan en sus pronósticos el poder presidencial para el cuatrienio 2018 – 2022 lo disputarán cinco candidatos con sus respectivos tándem en las vicepresidencias, unos más favoritos que otros, según analistas, politólogos, la academia, estrategas y hasta adivinos que por estas épocas de campañas electorales aparecen de la nada y se multiplican en el país con sus vaticinios.
De ese quinteto el hoy favorito, pero a 70 días de la primera vuelta en los que pueden pasar muchas cosas por aquel trillado adagio que la política es muy dinámica, es el hasta hace cuatro años muy desconocido Iván Duque Márquez, pero favorecido por la varita mágica de Álvaro Uribe.
La gran consulta por Colombia lo dejó punteando el lote con sus cuatro millones de votos y a la espera de confirmar si los otros dos millones de sufragantes que apoyaron a sus pasados émulos, Marta Lucía Ramírez, ya actuando como su fórmula vicepresidencial, y Alejandro Ordóñez, se inclinarán a su favor y de esa forma asegurarse seis valiosos millones de votos, los cuales lo convierten en un aspirante súper opcionado para ganar la primera vuelta.
La gran expectativa sobre este candidato es si en las próximas estadísticas electorales, tras su presentación en la consulta, sigue disparado en la intención de voto y comience a darle la razón a aquellos que ya, con mucho optimismo, hasta propalan a viento y marea que puede ser presidente de una en la primera vuelta, tal como lo hizo su maestro en el 2002.
Pero la consulta de la derecha dejó como dudas la diferencia entre la votación para el Senado de su partido el Centro Democrático y la del mismo candidato en la consulta.
El CD obtuvo menos votación que su candidato al Solio. Sacó 2.5 millones por cuatro millones de Duque. Y mientras en las dos consultas participaron unos 9.3 millones, la votación para el Congreso puede llegar, tras los escrutinios, a los 18 millones de electores colombianos. Entonces, todo el mundo se está preguntando para donde irán en el tema presidencial esos ocho millones que votaron para el Congreso, pero no en la dos consultas, además que ya se está hablando mucho que por los miedos, la publicidad engañosa y la polarización, la votación podría llegar a los 20.000 millones, toda vez que los comicios presidenciales disparan la participación, sobre todo por el mal ejemplo que está dando Venezuela y su fracasado modelo de socialismo a lo cubano, que descuadernó al vecino país, sólo sustentado por una dirigencia militar que está sacando provecho económico del pésimo sistema imperante.
El pensamiento de izquierda de Gustavo Petro salió más o menos bien librado de la consulta y sus 2.8 millones le siguen dando mucho aire para seguir en campaña y originar miedos y convertirlo en un serio peligro, como lo cataloga hasta un premio nobel de literatura de la derecha peruana.
Como a varios de los que le ofreció la vicepresidencia les dio físico pavor de rejuntarse con el exalcalde de Bogotá, Petro no tuvo más remedio que optar por la persona que semanas atrás se había filtrado que estaba en sus planes o lista para la vicepresidencia, como ya es la congresista Ángela Robledo, cuya designación no emocionó mucho, pero si preocupó a las huestes de los verdes y hasta del Polo, pues resquebrajó aún más la unidad de estos partidos, donde hay una inocultable rebeldía y simpatías por Petro y no por Sergio Fajardo.
Precisamente la situación de la candidatura del exgobernador de Antioquia y la de su fórmula, la senadora Claudia López, que hoy está cimentada en los 1.5 millones de votos de carne y hueso que los partidos Verde y Polo sacaron en conjunto el domingo para el Senado nacional, quedó seriamente pendiente de si de verdad están estancados en esa cifra, la cual no es muy alentadora para rivalizar con Duque y Petro en primera vuelta, todo ello porque las últimas encuestas lo que dieron a entender es que al matemático no le están dando las cuentas.
El candidato que tomó cierto aire nuevo fue Germán Vargas Lleras con los dos millones que sacó su partido, Cambio Radical, para el Senado y que todavía le dan la posibilidad de batallar por la Presidencia, en caso de lograr el voto amarrado de algunos partidos y mejorar en el voto de opinión con el cual sigue grave por el síndrome del coscorrón.
Queda esperar cómo reaccionarán los encuestados y luego los electores con su nueva fórmula presidencial Juan Carlos Pinzón.
De entrada los contradictores la dinamitaron al tildarla de herencia santista, lo que sería mortal por la baja imagen del gobierno saliente, pero por otro lado buscan posicionarse también como una propuesta de centro derecha y disputarle esa franja a Duque y Ramírez, ante el miedo de un viraje colombiano hacia un modelo de izquierda petrista.
¿Esta jugada le resultará a Vargas Lleras? Sólo el paso de los días dirá si acertó o se hundió en sus cálculos y maniobras, tirando a desesperadas.
Pero el caso más dramático lo sigue viviendo el candidato presidencial liberal Humberto de la Calle, quien hoy es estadísticamente el más flojo del quinteto que busca la Presidencia.
El exnegociador de paz, cuyo proceso con las Farc es su gran bandera, no ha podido despertar el apoyo de los colombianos y el otrora glorioso Partido Liberal, se sigue despedazando por dentro en un bonche para que su actual jefe, el expresidente César Gaviria, se marche, pues a un sector de esa colectividad los resultados de las urnas no les gustó.
Su pareja a la vicepresidencia, Clara López, quien tampoco entusiasmó a los liberales, está pidiendo con urgencia un acuerdo ético con Sergio Fajardo, pero la semana poselecciones transcurrió sin muchos avances en el camino de buscar una candidatura de centro. Ninguno de los aspirantes está dispuesto a ceder en sus egos antes de la primera vuelta, por lo que las posibilidades de los amigos de la paz con las Farc está llena de culebras, al tiempo que algunos piensan que ya es demasiado tarde.
Entre tanto, los partidos que sobrevivieron el pasado domingo a las elecciones del Congreso, están al acecho sobre futuros apoyos a las parejas presidenciales.
Los conservadores, los liberales y la U, que entre los tres tienen más de cinco millones de votos, terminaron esta semana escuchando a los candidatos favoritos, pero en ninguno de los tres se ha decidido aún para dónde cogerán, que será el tema de interés en los 70 días que restan para la primera prueba presidencial en las urnas, si es que hay segunda ronda.
Seguramente todos estos días venideros saldrá a relucir la acostumbra poesía programática, para encubrir los verdaderos negocios en la repartición del pastel burocrático.