Las explicaciones de Sergio Fajardo, cuya alcaldía construyó este parque biblioteca, señalaron a la interventoría y a la constructora como responsables de este panorama que continúa en zonas grises.
El pasado 24 de abril, Sergio Fajardo realizó la rueda de prensa que había anunciado hace meses para explicar los pormenores de la obra del Parque Biblioteca España. Su versión sobre los responsables de los defectos de esta infraestructura, según lo afirmó, “con una mirada rigurosa, con base en estudios y argumentos serios en cuanto a su estado actual”.
“Lo que hemos demostrado acá es que la verdad y la decencia siempre salen adelante, aunque a veces se demoren. Tantas cosas que han dicho, pero cuando se dan los estudios se demuestra quiénes son los responsables y los irresponsables al hacer afirmaciones que no corresponden con lo que sucedió”, sugirió Fajardo al explicar su versión de los hechos.
Este anuncio, junto al brindado por la alcaldía actual, fueron las últimas novedades sobre este rompecabezas que aún no encuentra la ficha que articula toda sus partes. Las autoridades judiciales siguen investigando al diseñador de la obra, a su constructor y al interventor por presuntas irregularidades en el proceso de realizado de esta obra pública. Por otro lado, sectores políticos señalaron al candidato a la presidencia por el movimiento Compromiso Ciudadano, debido a su afán por terminar la construcción antes de la visita del Rey de España.
El anuncio de Fajardo contextualizó que la estructura de la biblioteca consta de “tres cajas. Cada una está compuesta por la parte interior en la que se desarrollan las actividades y la fachada; pueden entenderse por capas. La fachada tiene unas piedras negras que se pegan a un objeto estructural llamado superboard. ¿Cómo se pegan? Con pernos para adherir las piedras al superboard. Más adentro, hay una estructura metálica la cual está conectada a una estructura de concreto”.
“Desde el 2007, algunas piedras de la fachada se cayeron. Lo que se hace habitualmente es pedir al constructor que reemplace las que se desprendieron; así se avanza por una buena cantidad tiempo. En el 2013 se produce una caída sensible, grande, que inmediatamente prendió la alarma y por eso pedimos un estudio que realizó la Universidad Nacional”, enunció el exmandatario.
Según el relato del exgobernador, en el 2014 esta institución concluyó que lo construido no concuerda con los diseños realizados y que la interventoría avaló estos estudios. Además, calificó como positivo que la Administración local actual demandó al constructor y al interventor de la obra. Sobre este asunto y un estudio que se está realizando sobre la estructura de concreto, la próxima semana podrían haber novedades, según una fuente de la Secretaría de Infraestructura.
En un comunicado, la Alcaldía de Medellín confirmó que interpuso en el Tribunal de Antioquia dos nuevas demandas de casi $27.000 millones contra Mazzanti & Arquitectos S.A.S, quienes diseñaron el proyecto; Ingeniería Estructural S.A.S, cuya función fue revisar los diseños estructurales de la obra; Arquitectura y Concreto S.A.S., constructores de la biblioteca; y A.C.I. Proyectos S.A.S., los cuales ejercieron la interventoría de la construcción.
Una de ellas, “la administración y la Biblioteca Pública Piloto de Medellín solicitó reparación directa por $16.000 millones, por los perjuicios que las falencias de la edificación les han causado a ambas entidades”. La otra, de “$11.000 millones, fue interpuesta por la Empresa de Desarrollo Urbano(EDU), debido a controversias contractuales y la cual pretende que se declare el incumplimiento de los contratos por parte de los contratistas involucrados en el diseño, construcción e interventoría del proyecto”.
Cruce de acusaciones
La empresa constructora Arquitectura y Concreto, través de su representante legal, Jorge Ernesto Bacci Isaza, sostuvo que “estaba presionada la EDU, estaba presionado el contratista y estaba presionada la interventoría”. Además, este funcionario aseguró que el contrato se rigió por dos constantes: “Corra porque necesitamos que el rey venga y no hay plata pero hay que entregar”. Además, manifestó que hubo discrepancias entre la obra, los diseños y los requerimientos de la construcción.
Sobre esto, Fajardo relató que “la obra estaba planeada desde mayo del 2006 hasta enero del 2007, según el contrato. Nos surgió la posibilidad de que en Medellín se celebre el Congreso de la Real Academia Española, con la presencia del Rey de España y se logró que la mitad del evento se llevara a cabo en la ciudad. La empresa constructora solicitó ampliar el plazo de entrega de enero a abril. Nosotros negamos esa solicitud y le ofrecemos que doblemos el turno con más personal en las noches”.
“Tenemos mucho afán, porque siempre tenemos prisa en que todas las construcciones estén listas en el tiempo debido; hacemos un seguimiento exigente y al milímetro para que se hagan bien; dilatarla implicaba hacer muchos ajustes”, comentó Fajardo sobre la acusación.
A la par, apuntó a que son falsos esos “lugares comunes que se dicen de manera sencilla, ubicándolos como si fueran argumentos: que Fajardo tenía afán porque venía el Rey de España y por eso se hizo mal. Se ha dicho esto con desparpajo, sin ningún tipo de responsabilidad”.
Sobre las discusiones que se han dado, Margarita Ángel Bernal, exgerente de la EDU, señaló que “siempre ha habido una discrepancia; el constructor dice que fue el diseñador y viceversa. Lo cierto es que la construcción generó un problema en las placas que iban conectadas en un board, el cual debía ser técnicamente bien hecho para que las lozas no se cayeran. Por ejemplo, en la Biblioteca EPM del Parque de las Luces se aplicó esta técnica de manera correcta y no han sucedido contratiempos”.
Arquitectura y Concreto negó previamente que la obra no correspondiera con los diseños entregados, basándose en una carta fechada el 4 de junio de 2008, en la cual el arquitecto Giancarlo Mazzanti aseguró que, tras una revisión de la obra finalizada, “certifica que el proyecto construido es exactamente igual y corresponde a los planos que entregamos al inicio del proceso”.
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Bacci agregó a lo dicho que “debe advertirse que en los diseños iniciales que fueron entregados al constructor de obra, en general, le faltaban muchas especificaciones técnicas como, por ejemplo, las relativas a las juntas de dilatación en la estructura metálica de la fachada, la técnica de impermeabilización. Aseguró que sí se entregaron los planos records y que no sabe por qué no están en la actualidad en los archivos de la EDU: “Allá se supone que están. Yo tengo una copia digital pero no la puedo entregar a los medios porque hace parte de los documentos que demuestran que nosotros para ese entonces actuamos a cabalidad con estipulado”. Además, recordó que esta firma solicitó unos cambios para mejorar la construcción de esta megaobra.
Además, Rodríguez sostuvo que no es cierto que no se haya acatado la recomendación que hizo la constructora, al contrario: cuando la firma suministró todos los elementos, “tanto de estudios técnicos como estudios de taller”, para cambiar la estructura de la fachada, estos fueron aceptados, “y lo que pasó es resultado de esos cambios que ellos sugirieron y que no resultaron bien, como se evidencia en el estado de la Biblioteca”.
¿Qué sucedió con la interventoría?
Según Fajardo, “la Empresa de Desarrollo Urbano tiene que acompañar ese proceso de seguimiento ejercido por la interventoría. Sin embargo, el conocimiento técnico es trabajo de ellos, por eso se les paga tanto dinero a esas personas, porque son las que saben y tienen que ir a ver cómo quedaron detalles como las soldaduras”.
La exgerente Ángel Bernal explicó que “en la mecánica pública y por ley, la interventoría debe ser contratada por la Administración Municipal, ya que esta no pueden ejercer dicha labor. La alcaldía nombra unos supervisores que garantizan que los contratistas estén cumpliendo con su labor en la realización de la obra; cuya vigilancia y participación queda establecida en las actas”.
Adicional a lo anterior, la exfuncionaria de la EDU expresó que “lo que hace el interventor es que verifica que todo lo que estableció el diseñador sea realizado por el constructor; de modo que garantice que la ejecución de la obra se haga de acuerdo con los planos. Si hay cambios y los avala, tendrían que darse bajo su responsabilidad”. Según la versión entregada por Gloria Elena Acosta Medina, exabogada defensora de la EDU, “la empresa y la interventora requirieron varias veces a los contratistas de la constructora para que hicieran el trabajo oportunamente. Se encontraron informes de la interventora que decían que contrataran personal en la noche, que la EDU les daba alimentación, pero en respuesta a este compromiso, Arquitectura y Concreto no dejaba a nadie supervisando y los empleados se iban”.
“Además, aparecieron otros reportes en los que le pedían a esta empresa que tuviera más maquinaria para poder realizar la obra y no las tenían. Como suma de los llamados de atención, se reportó que esta firma estaba realizando dos obras simultáneamente y trasladaban personal de un lado al otro y dejaban este trabajo sin los suficientes trabajadores”, aseguró la jurista.
Dentro del proceso que Acosta acompañó, según lo aseveró a EL MUNDO, “se entregó la evidencia de que Arquitectura y Concreto no había podido conseguir los materiales que estaban contratados inicialmente para hacer la cubierta de la obra. Esto generó muchas humedades, goteras, se filtraba mucha agua. Cuando se requirió al contratista, ellos tapaban los imperfectos y el daño cada día se iba agrandando más”.
A la par, los testimonios relatados por la exfuncionaria fueron unánimes en decir que la firma constructora no había cumplido con lo solicitado, que los sobrecostos y el detrimento que tenía era debido a la mala calidad de los materiales, falta de personal y máquinas suficientes.
No recibí presiones por parte de Sergio Fajardo: Carlos Pardo
Carlos Pardo, quien fue el arquitecto de la Institución Educativa Santo Domingo Savio, obra realizada en la administración de Fajardo y cuya construcción también fue criticada por varios daños que tuvo, aseguró que el colegio comenzó funcionando muy bien, pero luego de un tiempo se presentaron humedades que fueron provocando daños en ciertas zonas.
Sobre esto, el excontratista afirmó que las fallas se dieron por falta de mantenimiento. En el caso del plantel, los problemas fueron de carácter administrativo, ya que el rector le relató que tuvo que enviar una carta a la Secretaría de Educación, la cual tuvo un tiempo de respuesta de seis meses. “El problema es del sistema, mientras vienen a reparar esta situación enunciada, estas humedades generan daños más agravados, indicó.
Pardo agregó que la etapa de construcción de la Institución educativa fue eficiente, tuvo buenos materiales, personal idóneo. Además garantizó que la obra se ejecutó sin inconvenientes, ni presiones por parte de la Administración Municipal, en un tiempo razonable y con una interventoría juiciosa.