El paro comenzó el pasado 21 de julio con una movilización pacífica a favor de la minería tradicional en Remedios y Segovia.
Una huelga que mantienen dos municipios en Antioquia en defensa de la minería tradicional completa este lunes su primer mes, en medio de choques entre manifestantes y autoridades que dejan al menos tres muertos e incertidumbre en la población.
Lo que comenzó el pasado 21 de julio como una movilización pacífica a favor de la minería tradicional en Remedios y Segovia, poblaciones de unos 80.000 habitantes que por más 200 años han vivido de extraer oro, ha degenerado en hechos de violencia, que, según la Policía, incluyen la manipulación de explosivos.
"La situación se ha tornado muy difícil. Los manifestantes y las autoridades locales no hemos sido escuchados por el Gobierno Nacional para buscar solución", dijo el personero (delegado del Ministerio Público) de Segovia, Jeyson Atehortúa.
Unos 10.000 obreros iniciaron la protesta para rechazar las políticas del Gobierno por considerar que perjudican la minería ancestral y tradicional y favorecen los planes de expansión de las multinacionales mineras.
Los manifestantes reclaman además la firma de "contratos justos" entre pequeños mineros y las grandes empresas extranjeras.
"No vamos a levantar la manifestación hasta que no tengamos la garantía de que el Gobierno en el futuro no va a venir a exterminar toda nuestra cadena productiva", dijo el presidente de la Mesa Minera de Remedios y Segovia, Eliober Castañeda.
Para él, este mes de paro deja "únicamente el desprecio y el silencio del Gobierno hacia los mineros de estos municipios".
Subrayó que la movilización se convocó para rechazar unos proyectos de ley que debate el Congreso que, en su opinión, buscan "favorecer" a las multinacionales y darían a los mineros un "tratamiento de narcotraficantes".
En esa zona opera la Gran Colombia Gold, empresa canadiense que gestiona otras minas en el país.
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Así, el paro avanza sin horizonte de solución, mientras en Remedios y Segovia se vive una "tensa calma" con días de total normalidad y otros de alteración del orden público.
Los choques entre manifestantes y autoridades se han cobrado la vida de tres personas, una de ellas el viernes pasado, cuando intervino el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía.
Según la Policía, la "manipulación indebida" de un "artefacto explosivo improvisado" causó la muerte a Alexis Acevedo Galvis, de 42 años, en Segovia y una lesión en una pierna a otra persona. Ese día resultaron también lesionados ocho policías, según esa institución.
"Hay una problemática seria y económica que requiere de intervención, pero no con represión, sino un acercamiento real para buscar soluciones", agregó Atehortúa.
Sobre ese tema, Castañeda denunció una "persecución constante" a la mesa minera y advirtió que en este mes ya son 24 heridos.
"Nos han masacrado", se quejó al recordar los fallecidos, y descartó la posible presencia de grupos armados en la protesta.
El comandante de la Policía de Antioquia, coronel Wilson Pardo, aseguró que en el paro hay "enquistados" miembros de la banda criminal clan del golfo.
Informó que durante el mes de protestas han resultado más de 20 policías lesionados con armas de fuego y artefactos explosivos.
Pero la protesta no solo tiene paralizado el comercio en estos municipios sino que ha obligado a suspender las clases en los colegios por temas de seguridad.
El Gobernador de Antioquia, Luis Pérez, ordenó que la Policía patrulle todos los días para "ejercer control" en los lugares donde actores armados puedan causar "miedo" a la población.
"El paro minero que inició siendo pacífico se fue convirtiendo paulatinamente en un paro armado", advirtió en sus recientes declaraciones a los medios, en las que aseguró que velará para que los 15.000 menores que estudian en Segovia y Remedios vuelvan a clases.