París y Los Ángeles, dos ciudades que tienen experiencia como sedes olímpicas, fueron confirmadas para la realización de los Juegos en los años 2024 y 2028, respectivamente. Por tercera vez cada una de ellas será la casa de unos Olímpicos, París organizó los Juegos de 1900 y 1924 y Los Ángeles realizó las justas de 1932 y 1984.

Lo cierto es que el COI, reunido esta semana en Lima, Perú, resolvió la situación con una decisión salomónica al encontrarse sólo con dos ciudades interesadas en los Juegos de 2024. Con argumentos convenció entonces a Los Ángeles de posponer su proyecto hasta 2028 y así redondeó la jugada maestra para resolver el bache.

Tras la renuncia de Hamburgo, Roma y Budapest, sin rivales a los que batir y sin tener que hacer campaña más que a favor de sí mismas, las candidaturas de París y Los Ángeles se presentaron ante la Asamblea del COI con el orgullo de las ganadoras y la felicidad de saberse ante una oportunidad inesperada.

El hecho de que dos sedes hayan sido elegidas en una misma ceremonia resulta extraño para el público en general, sobre todo teniendo en cuenta la Carta Olímpica, la Biblia del olimpismo, que dice en su artículo 33.2 que “salvo en circunstancias excepcionales” la elección de la sede “se lleva a cabo siete años antes de la celebración de unas justas”.

 La ratificación de Los Ángeles como sede, once años antes del evento, confirma que para el Comité Olímpico Internacional el hecho de que sólo dos ciudades hayan mostrado interés por organizar unos Juegos, es una circunstancia excepcional y preocupante que llevó a que las justas fueran concedidas a pares.

París lo tiene todo para ser una excelente sede, a falta de 7 años, el 95% de las instalaciones ya están construidas y la mayor parte de las competencias se realizarán en el centro histórico de una ciudad que está acostumbrada a los turistas pues es la más visitada del mundo. El único reto será la construcción de una Villa Olímpica y un centro acuático a la altura del evento.

Los Ángeles, por su parte, necesitará dinero porque aún debe adaptar a la nueva fecha las cuentas que hizo en su candidatura original, que ascendían a 5.300 millones de dólares.

Pero tras ratificar el acuerdo y firmar los respectivos contratos con las dos sedes, el  COI abre un nuevo capítulo en su agenda, pues debe trabajar  en la motivación para volver a ilusionar a ciudades de todo el mundo para que quieran ser olímpicas.

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El propósito de organizar unos Juegos más baratos en Japón 2020 parece ser uno de esos estímulos, pero por ahora es sólo un proyecto sin materializar y por lo tanto una herramienta aún sin peso para convencer.