Parábola del Retorno: la mirada intervenida 
 

Autor: Jaime Dario Zapata Villarreal
13 diciembre de 2016 - 12:00 AM

Parábola del Retorno, de Juan Soto, ganó la semana pasada el premio Númax de Exhibición del Festival de Cine Márgenes, de Madrid. 

Madrid, España

Cuestionar las verdades heredadas y los hechos impuestos por la oficialidad, dicen, es tarea de los jóvenes. Gracias a ellos el discurso histórico se renueva y propicia otras miradas. Esto se puede comprobar con algunos ejemplos. Uno de ellos parece ser el de Juan Soto (1983), cineasta colombiano afincado en Londres y quien presentó en España, recientemente, su último trabajo: Parábola del retorno, un híbrido entre el documental y la ficción que retrata, a través de una mirada íntima, el exterminio sistemático de miles de partidarios y miembros de la Unión Patriótica (UP), en los años 80, por parte de paramilitares y agentes del Estado colombiano.

Parábola del retorno cuenta la historia de Wilson, quien salió de la casa de sus padres en Medellín rumbo a Bogotá, pero nunca llegó a su destino. 30 años después, y tras la firma del Acuerdo de paz con las Farc, Wilson intenta regresar desde su exilio en Londres para reencontrar a su familia que lo cree muerto.

“La trayectoria del avión dibuja una parábola, pero Parábola del Retorno es también un poema de Porfirio Barba Jacob que otrora le declamaba su hermano de memoria. La película pasa la mayoría del tiempo a bordo de un avión, mientras se pregunta asuntos como ¿qué va a pasar en el posconflicto con esas historias íntimas de los desaparecidos en todos estos años de guerra?”, comentó Soto. 

Por eso temas como el exterminio de la UP, del exilio y del auto-exilio, se han instalado como referencias sobre las que Soto quiere seguir ahondando en sus películas: “creo que sólo se puede asegurar la no repetición a través del pensamiento y de la memoria. Pero por otro lado creo que el cine y el arte en general tienen que encontrar caminos para que estas reflexiones lleguen a nuevos espectadores”, agregó el cineasta, quien estudió cine en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en Cuba.

Precisamente en esa Escuela, aseguró, fue irradiado por el "nuevo cine latinoamericano" y el cine militante de los años 60 y 70, que le ayudaron a formar una visión propia sobre la creación, el cine y su papel en la historia. 

“He ido buscando nuevas maneras en que la mirada refleje esas tensiones políticas y sociales pero desde ese lugar íntimo qué es lo que se ve y cómo es visto. En este trabajo intento desplazar la mirada hacia el lugar de la intimidad y con ese desplazamiento intento hacer conciencia -en principio yo mismo aunque me gustaría que le pasara también a los espectadores- de que cada una de esas personas desaparecidas y/o exiliadas son/fueron/serán individuos con unas historias particulares que se desvanecen cuando ellos se van y que dejan un vacío muy difícil de llenar, y que ese vacío puede generar más violencia. Yo entonces intento llenar ese vacío con unas imágenes y unas anécdotas y unos archivos derruidos por el paso del tiempo”, apuntó el realizador. 

Para el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, Parábola del retorno es un material de gran valor y significado para el cine colombiano, y en particular “para este momento de batallas por la memoria que vive el país”. “En el borde entre el documental y la ficción -continuó Zuluaga- Soto cierra con esta película una’involuntaria’ trilogía sobre el genocidio de la Unión Patriótica. La historia retomada en clave familiar y autobiográfica, con elementos del cine de found footage y del diario de viaje como estructura narrativa”.

Esa sensación de actualidad que genera el trabajo de Soto -a propósito de los asesinatos selectivos de líderes sociales en los últimos meses- es una de las razones por las que su trabajo se hace más urgente para el espectador colombiano, como lo aseguró Zuluaga, y por eso mismo se están buscando maneras para que la película encuentre espacios de exhibición en el país. 

“Dudo mucho que una película como esta pueda ser puesta en carteleras comerciales. Tiene una factura muy precaria porque esta contada desde el punto de vista de alguien que no había cogido una cámara en su vida y ahora tiene una para grabar su viaje de regreso a casa junto a su familia, entonces esas características dificultan la exhibición comercial. Hemos tenido una suerte inmensa de que la película haya sido estrenada en el Festival Márgenes, ya que estará presente en siete salas de España y Latinoamérica. Aparte de esto estamos buscando más lugares en dónde presentarla en Colombia y más festivales para seguir dándole visibilidad al exterminio que ha sufrido la UP y a los crímenes políticos”, finalizó Soto. 

 

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