Fragmentos del discurso de posesión del abogado Lázaro Tobón Tobón, en 1941, como Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia.
Lázaro Tobón Tobón, abogado de profesión, asumió en 1941 el cargo de Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia. Cuando escribió en la revista No 7 “Estudios de Derecho” su mensaje de gobierno a la comunidad académica del Alma Máter de los antioqueños, no se le pasó por la cabeza que 76 años después, esas palabras tendrían plena vigencia.
Con el respeto de mis amables lectores, transcribo algunos apartes de lo que en su momento expresó mi tío abuelo:
Sobre los recursos escasos y la superación personal:
“Vivimos en un país donde hay todavía muchas necesidades por satisfacer y son muy escasos los recursos de que disponemos, pero esta circunstancia no puede ser motivo de desmayo, sobre todo si miramos atrás y vemos las circunstancias en que tuvieron que estudiar muchas personas que luego sobresalieron como si hubieran estudiado en una universidad magníficamente dotada.”
Sobre la dirección y trabajo en equipo en cualquier organización:
“La tarea de sostener el prestigio de nuestra facultad no puede realizarla el Decano solo; si a él corresponde una parte ingente también es grande lo que le toca a profesores y alumnos, y todos debemos acometer su realización con firmeza y convencidos del buen éxito final, llevando el propósito de remover dificultades en lugar de crearlas, especialmente aquellas que puedan destruir el compañerismo que nos es tan indispensable y que hace aparecer sólidas hasta empresas sin consistencia.”
Sobre las condiciones de recursos académicos y la calidad profesional:
“Los que hace muchos años asistimos a estas aulas en condiciones de estudiantes podemos comparar mejor aquellos tiempos con el presente, y reconocemos que hay en la actualidad más facilidades para el estudio. Si antes salieron de nuestro instituto profesionales que le dan esplendor, no existe motivo para que hoy no suceda lo mismo.”
Sobre el aprendizaje autónomo, la investigación y la evaluación:
“A los profesores de atrás los miramos con veneración muy merecida, pero debemos darnos cuenta de que los vemos después de su obra científica hecha en el profesorado y no en el momento en que empezaron. Las circunstancias de entonces eran distintas, la cultura estaba menos avanzada, y, sin embargo, de ellos sus discípulos los que han hecho que éste progrese. Recuerdo estas circunstancias para que se vea cuánto puede inferir el mismo estudiante en su formación con las investigaciones personales y con el auxilio de las bibliotecas (se le aúnan hoy las TIC) y que esos dos factores pueden suplir cualquier otra deficiencia….
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… El desarrollo del espíritu de investigación tiene mucha importancia porque el estudio no concluye al terminar los cursos que se hacen en la facultad; fuera de ella no existe la guía del profesor y cada uno tiene que obrar por propia iniciativa; en la instrucción hay también una mayor edad porque el individuo no puede ser enseñado toda su vida y tiene que aprender a conducirse. Por otra parte, el profesor tendrá un estímulo con estudiantes que no se limitan a prender lo que él les dice, sino que confrontan sus tesis con las de otros profesores emitidas en las obras científicas, y le obligarán también a vivir una vida de estudio para no aparecer retrasado. Con lo anterior sobra decir que el estudio es tarea de todos los días del año escolar, porque sin él las explicaciones del profesor resultan estériles. En mi concepto que el sistema de exámenes de los últimos tiempos, con treguas, ha traído el inconveniente de permitir la preparación de última hora y por eso se descuida hacerla en curso del año…”
Sobre el pensar diferente de docentes y estudiantes:
“Que un profesor tenga estas o aquellas ideas, distintas de las que sostienen otros, no puede ser razón para considerarlo bueno o malo; él tiene su fuero que debe ser respetado así como un alumno no puede ser reprobado porque no llegue a las mismas conclusiones del profesor o del autor del libro escogido como texto, desde que las que él saque tengan consistencia técnica…”
Sobre el ejercicio profesional:
“…Los estudiantes universitarios están ya próximos a incorporarse a la vida activa de la sociedad y a tomar parte en la administración pública, y su conducta en el establecimiento debe ser la misma que tendrán cuando dejen el claustro. Necesitan convencerse de que toda organización requiere de una disciplina y que debe aceptarse en cuanto no vaya contra los derechos de las personas sino que sirva para hacerlos efectivos […] Libertad no es desorganización.”
Como colofón deja este mensaje visionario a la situación de las relaciones interpartidistas en el país:
“También debo encarecer la importancia de los buenos modales, y en general de la buena educación porque el medio mejor para arreglar los problemas que prestan las relaciones sociales están en la delicadeza con que se traten, pues generalmente se hacen insolubles cuando una actitud brusca de un lado se crea la obcecación del otro. Estos buenos modales fueron siempre la señal distintiva de persona de cultura universitaria, y así habrá de ser en lo futuro […] Citando al Dr. Carlos E. Restrepo, dice: “Si esta cultura no es la moral misma, sí corto y ancho camino para conseguirla, así como las malas maneras abren fácil acceso a las pasiones.”
El mensaje es claro y contundente, luego de 76 años, el Dr. Lázaro Tobón Tobón, nos invita a que nos repensemos en nuestras interacciones en la construcción de una nueva sociedad.