El papa mostró su apoyo al país en su objetivo de acabar con décadas de violencia e instó a las personas a dejar de un lado la venganza y la polarización que se vive por cuenta del proceso de paz.
La entrada al Palacio de Nariño estaba colamada de fieles de todas las edades. El papa caminó por un largo tapete en compañia del presidente con la expectativa de las palabras que se disponía decir el papa latinoamericano.
Niños con pañuelos blancos y con valores como la voluntad, la esperanza y la reconcialiación tatuados en sus sacos, lo recibieron y abrazaron. Detrás se podría apreciar una réplica del Pájaro de Fernando Botero de color blanco, el mismo que tras una bomba quedó destruido, pero luego fue replicado por el escultor y en la actualidad ser conservan ambas. Tras las palabras de Juan Manuel Santos, comenzó la esperada prosa de Francisco, quien en su primer discurso en el país, dio un mensaje de paz y reconciliación a los colombianos.
En presencia de las autoridades del Colombianas y cientos de personas más, el papa argentino instó a "huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo de particulares y a corto plazo". Para ello citó una frase de su exhortación "Evangelii gaudium" (La alegría del evangelio) en la que se decía que "cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente".
"Andar el camino, lleva su tiempo. A largo plazo...", puntualizó Francisco improvisando sobre su discurso escrito. "Quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso; este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz", señaló en la Plaza de Armas del palacio presidencial.
El papa aprovechó la oportunidad de exaltar las cualidades de los colombianos, la fauna y la flora del país y la cultura de sus habitantes. "Colombia es rica por la calidad humana de sus gentes, hombres y mujeres de calidad honeroso para sobreponerse a los obstáculos", dijo el Santo Padre.
Francisco, que llega a Colombia tras la firma del proceso de paz con las Farc y ante una sociedad aún fuertemente dividida, lanzó un llamado a las instituciones del país para que se aprueben "leyes justas que garanticen la armonía y ayuden a superar los conflictos que han desgarrado esta Nación por décadas". Pero antes del encuentro, el pontífice pronunció un discurso en el que pidió leyes justas, que "no nacen de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia".
Aunque Francisco nunca citó la firma de los acuerdos con las Farc, sí que quiso valorar "los esfuerzos que se hacen y han hecho en las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación". Para llevar la reconciliación a este país tras 53 años de conflicto, Francisco afirmó que "la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos". Abogó "por no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación", a pesar de "los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica".
Francisco insistió en la necesidad de favorecer lo que él ha definido "cultura del encuentro", que exige "colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común". En uno de los países de Latinoamérica con mayor desigualdad social, Jorge Bergoglio animó "a poner la mirada en todos aquellos que hoy son excluidos y marginados por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados".
Recordó entonces la figura del santo español Pedro Claver y de su periplo en el país, descubriendo las diversas etnias y los habitantes de las zonas más lejanas y los campesinos. "Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza", dijo. "Les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida, de humanidad, de dignidad".
Francisco citó entonces un extracto del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura (1982) del escritor colombiano, Gabriel García Márquez, en la que decía: "Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida". "Es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza... La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más", añadió el papa antes de concluir diciendo a los colombianos que reza por ellos y "por el presente y por el futuro de Colombia".