En el IV Congreso de padres Cristobarianos padres de familia se integraron a las actividades académicas de sus hijos estudiantes por medio de una serie de actividades.
Conectar a los padres de familia con los procesos educativos de sus hijos estudiantes es el propósito que tiene la Institución Educativa Monseñor Francisco Cristóbal Toro, con la puesta en marcha del IV Congreso de Padres Cristobarianos “Creciendo en familia”, llevado a cabo este viernes en el plantel educativo, ubicado en el barrio Aranjuez, comuna 4.
Cerca de 350 padres de familia asistieron a la institución educativa a realizar talleres de estilo de vida digital responsable, relajación, los sentimientos, los sentidos, el origami modular, la cocina creativa y las mandalas como estrategia de autocuidado.
Todas las actividades tenían un componente en el que el padre de familia debía comprender y valorar el papel de la Escuela como entorno protector (el cual es un programa de la Alcaldía de Medellín), pero también otro en el que entendía la importancia de involucrarse en los procesos educativos de sus propios hijos o hijas.
El proceso
Que los padres se interesen en lo que atañe a sus hijos en las aulas de clase, sin duda, es el reto más grande hoy en día. “Cuando hablamos de padres de familia sabemos que es una de las dificultades que pueden tener las instituciones educativas. La vinculación de los padres a la escuela es simplemente para la entrega de boletines parciales, llamados de atención o cuando el niño comete alguna acción que va contra la convivencia escolar”, explicó David Santiago Ramírez, psicólogo del programa Escuela entorno protector de la Secretaría de Educación y gestor de esta iniciativa.
Aunque el proceso previo al Congreso requirió un diagnóstico de la población, el reinvento de las actividades que se hicieron en años anteriores y la necesidad de innovar, Ramírez destaca que este año, a diferencia de los anteriores, la participación fue evidente, pues profesores, padres de familia y estudiantes apoyaron la logística de todo el evento.
En las tres versiones anteriores la metodología giraba en torno a ponencias sobre los temas que podrían afectar a las familias, pero ahora decidieron aplicar talleres reflexivos, lúdicos y creativos, también como forma de atraer al padre de familia. Por tanto, Ramírez considera que para conseguir el objetivo propuesto, la idea no es “regañar el papá, sino partir de las ideas de los mismos estudiantes, innovar y construir conjuntamente con ellos”, afirmó.
Cabe anotar que otro estamento de la comunidad educativa en este proceso fue el Consejo de padres, que realizó una encuesta de entorno familiar que sirvió para el diagnóstico de las problemáticas familiares, para después mostrarlos. Los resultados fueron confrontados con los estudiantes, con el fin de que la información fue más verídica.
“El papá por quedar bien da una información, pero ellos querían confrontar esos datos que se tuvieron con los datos que tenían los chicos. Obviamente habían inconsistencias: donde habían cosas que los padres decían que estaban muy bien en la familia, los chicos decían que no había comunicación”, señaló el psicólogo, quien recalcó que hay temas que siguen siendo tabú en las familias, como la sexualidad y la drogadicción. 200 papás participaron en la primera versión, 450 en la tercer versión y 350 este año, aproximadamente.
Las problemáticas de la institución
Pedro Antonio Agualimpia Perea, rector de la Institución Educativa Cristóbal Toro, que tiene otras dos sedes, la Epifanio Mejía y la Ana Frank, y albergan 1.780 estudiantes en total, está convencido de que una de las problemáticas existentes en su plantel es que los padres no se involucran.
“Los padres están cometiendo un gran error porque no están atendiendo los llamados de atención que hace la escuela en la formación de su hijo. Creemos que con el Congreso de padres vamos estrechando esa brecha, ha sido formidable porque los temas que estamos tratando son de formación familiar, en busca de esa conquista del padre de familia hacia la escuela”, detalló el rector.
No obstante, hay otros temas por los que la institución se encuentra preocupada. La deserción y el consumo de sustancias psicoactivas son algunos, pero más allá de esto es la falta de preocupación de los padres por sus hijos, y las falencias en la comunicación.
Frente a esto y a propósito del Congreso de Padres Cristobarianos, Agualimpia Perea reveló que “en las investigaciones que hemos hecho hemos encontrado que falta esa química entre el niño y el padre de familia, falta confianza y ellos nos han dicho que quieren una familia con comunicación y relación afectiva, ser niños alegres.
Por otra parte, señaló el crecimiento en el fenómeno de la deserción en su institución, que pasó del 2% al 7,19% (128 estudiantes en la actualidad). Por lo general, los casos se presentan en alumnos de sexto y séptimo, ya que “son muchachos que vienen con problemas de extraedad, repitencia, disciplinarios, falta de corresponsabilidad entre la familia y el niño y la escuela, consumo de sustancias psicoactivas”, indicó el rector.
El anterior panorama dará pie para que en la siguiente versión del Congreso, se aborde en mayor medida la problemática de la deserción, desde que el estudiante se matricula. Lo anterior con el fin de que el colegio tenga una mayor prevención de la desescolarización de los educandos.
Los jóvenes participan
Los jóvenes también mostraron a los padres de familia procesos de los que se sienten orgullosos. Los estudiantes de la Media técnica en Medio Ambiente presentaron la obra de teatro negro adoptada del cuento La Madre naturaleza, de la autora Bibiana Emilia Poso, en la que con un trabajo arduo de escenificación y preparación, mostraron sus capacidades para hablar de los temas medioambientales.
Una de las estudiantes participantes explicó que el proceso mostrado en la obra de teatro ya se venía trabajando desde tiempo atrás. “Este proyecto ya lo habíamos empezado a desarrollar desde hace varios meses. Pensamos en una obra de títeres pero como hace poco lo hicieron con lo de los equipos de fútbol que los colgaban de los puentes, pensamos que eso podía incitar a la violencia. Cambiamos la estructura y pensamos en un teatro negro”, detalló Daniela Piedrahíta Peláez, del grado 10- 4.
En cuanto a la acogida de los padres, expresó que han quedado muy contentos y les ha quedado el mensaje. Además, sueñan con que su mensaje de buenas prácticas medioambientales se replique a partir de los espectadores de la obra.
Para Piedrahíta, este tipo de eventos institucionales “es muy importante porque aparte de ser un espacio de distracción, es de sensibilización. Los padres vuelven a ese tiempo de escuela, vienen a aprender lo que los hijos aprenden, se llevan cosas muy bonitas y sobre todo muchos mensajes importantes sobre el medio ambiente y la familia”, opinó la estudiante.
Por otra parte, el Colectivo Cristobariano Fénix, proyecto por el que el colegio ganó el premio a experiencia significativa, mostró un documental en el que este grupo de estudiantes de la comunidad Lgbti, extranjeros, con capacidades de educación especiales, afrodescendientes, entre otras minorías, que conforman dicha colectividad, muestran los momentos en los que han reflexionado en torno a los derechos que tienen, sus dolencias, sus fortalezas y la necesidad de sentirse incluidos en esta institución.