El nuevo acuerdo de cumplimiento obligatorio dejaría en claro que quien dispare injustificadamente será neutralizado por un bloque militar creado por las dos partes, según la agencia de prensa Análisis Urbano.
Luego de que, hace dos semanas, el ambiente del mediodía del domingo en el corregimiento de Altavista se viera inmerso en la zozobra generada por el enfrentamiento con armas de fuego entre los dos grupos ilegales que operan en la zona, ahora la situación es de calma, lo que según Fernando Quijano, presidente de la ONG Corpades, se debe a una orden impartida directamente desde la plana mayor de las autodefensas gaitanistas de Colombia, organización conocida como “clan del golfo”, y “la oficina” del Valle de Aburrá.
En su página de internet, la agencia de prensa Análisis Urbano, de la que es director Quijano, aseguró que según informaron fuentes consultadas “el acuerdo de cumplimiento obligatorio por las partes en confrontación dejaría en claro que quien haga un solo disparo injustificado será neutralizado por un bloque militar creado por las dos partes para mantener el supuesto orden”, por lo que “los chivos”, comandados por el clan del golfo, y “los pájaros”, bajo el mando de la oficina, se verían obligados a cesar los conflictos.
Sin embargo, “yo siento que hoy va a haber algo de tensa calma, pero hay que recordar que ‘los pájaros’ y ‘los chivos’ han sido enemigos desde hace mucho rato. Cualquier cosa puede prender un enfrentamiento nuevamente”, aclaró el investigador y analista.
Asimismo, Quijano reconoció que en la zona hay presencia institucional, representada por la Fuerza Pública, y aseguró que con el cese de hostilidades entre las dos organizaciones volvería a reincorporarse la disidencia de ‘los chivos’, que se separó de la estructura bajo la dirección de alias chatán, quien pagó una condena en prisión y emprendió una guerra contra “los pájaros” al quedar en libertad recientemente.
“Eso es bullying”
A pesar de la información registrada por los medios de comunicación, donde se evidenció un enfrentamiento reciente entre los combos citados, y los relatos de habitantes del sector, una líder comunitaria del corregimiento de Altavista, que no quiso revelar su identidad, afirmó que no es cierto que existiera recientemente un conflicto entre las dos organizaciones.
“‘Los chivos’ ya no existen. De la banda que existía hace muchos años, los que no están muertos se encuentran en la cárcel. Ya hoy en día eso está desarticulado totalmente”, dijo.
Añadió que “por acá los muchachos están en un programa de resocialización con la Alcaldía de Medellín y pacto de reconciliación, y entonces por acá vandalismo ya no hay. Eso ya no existe sino que eso es un ‘bullying’ que le están haciendo a este sector”.
De acuerdo con su versión, la balacera ocurrida el 9 de este mes no fue un enfrentamiento entre chivos y pájaros. Además, aseveró que los altercados recientes en el corregimiento han sido de carácter personal “y no de orden público, no de comunidad”.
Inestable pacto del fusil
Para el analista y sociólogo Max Yuri Gil Ramírez, el denominado pacto del fusil que rige en Medellín ha evidenciado “cierta estabilidad” gracias al acuerdo entre la oficina y los urabeños para realizar una repartición de los territorios y las rentas. Sin embargo, “lo llamativo de este sector de Altavista es que ha sido, tal vez, el lugar de la ciudad donde hay menos estabilidad en ese pacto”.
Asimismo opinó que “a pesar de la función de las autoridades y de la permanente militarización y presencia de la institucionalidad, no se ha logrado desestructurar estas organizaciones. Ahí hay un problema claro de eficacia de las autoridades y de la Policía, porque estamos hablando de un territorio que no es demasiado grande; es una zona de la ciudad que se localiza a 20 minutos del Centro, no estamos ante una situación periférica donde no haya presencia del Estado”.
Dijo también que aunque la mayoría de la población considera que grupos como “los pájaros” y “los chivos” son un problema porque pueden representar amenazas para la vida, la integridad y la libertad, “hay que reconocer que desafortunadamente existen sectores de la población que apoyan a este tipo de organizaciones” porque en algunos casos se encuentran “conformadas por familias enteras y que llevan varias generaciones ahí haciendo presencia”.
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Aprendizaje criminal
Según afirmó Jorge Giraldo, decano de la Escuela de Humanidades de la Universidad Eafit y analista de conflictos urbanos, aunque ocurre en menor magnitud que en épocas pasadas, “en Medellín hay un fenómeno de aprendizaje criminal que es importante y en algunos barrios en particular hay un reciclaje muy fuerte que hace que, a pesar de que en zonas como Altavista se han logrado capturas e incautaciones de armas, las bandas sigan haciendo presencia”.
Expresó que las acciones de las autoridades son efectivas en el corto plazo para neutralizar mandos u operaciones de las bandas, “pero si queremos romper ese ciclo de aprendizaje criminal, se necesitan otro tipo de intervenciones” que deben ser no sólo de carácter social, en el sentido tradicional, sino “desde la perspectiva de cultura ciudadana, de cultura cívica, y también desde la perspectiva del sentido de pertenencia y desde los imaginarios de los jóvenes. A ellos hay que ganarlos para modelos más cívicos, y esa es una asignatura que todavía está pendiente”.
Fruto del olvido
Gerardo Pérez, quien lideró trabajos sociales en Altavista, afirmó que cuando un grupo de personas se encuentran “en completo abandono por parte del Estado” y aparece una oferta delincuencial, muchos jóvenes terminan vinculándose a las estructuras armadas.
“El sector de La Palma, que nadie nombra, ha sido de los sectores tradicionalmente muy olvidados y dejados en el completo abandono, y fuera de eso el conflicto armado que se presentó en Altavista en todos los 90 y en buena parte del comienzo de 2000, fue que cada pequeño sector tenía su combo”, especificó.
Por otro lado, Pérez indicó que aunque se ha presentado estigmatización, en la comunidad de Altavista “hay muchos chicos artistas que luchan permanentemente por componer, por desarrollarse en el arte, los chicos que están estudiando y que todos los días van a sus clases; las mujeres que laboran en la ciudad en diferentes oficios”, así como personas honestas y trabajadoras.
Julio César Rengifo, vocero de Derechos Humanos de Medellín, afirmó que en esta materia la situación en Altavista sigue siendo preocupante porque “no hay todavía una intervención real por parte del Estado, por parte de la Administración, a pesar de que hay buen apoyo de las autoridades, tanto Policía como Ejército, pero sabemos que esa no es la solución: militarizar y tener eso lleno de policías”.
Según afirmó, en Altavista se requiere “una intervención con la niñez y las familias más vulnerables de esta zona donde accionan estos grupos delincuenciales; y que se vea reflejada en un mediano y corto plazo esa intervención psicosocial y dé resultados. De lo contrario, seguiremos en el mismo círculo vicioso”.
“Ha estado calmada la situación a pesar de que ha habido una tensión oscura y no deja de ser preocupante por lo que se ha vivido de hace muchos años, tanto en el corregimiento de Altavista como en parte de la Comuna 16, Belén, por parte de estos combos delincuenciales o estas bandas criminales por el control territorial, las vacunas, la extorsión, el microtráfico y el actuar delincuencial general que tienen en el territorio”, añadió.
Además, Rengifo resaltó que las familias de los jóvenes que hacen parte de estos combos se encuentran en una situación vulnerable “por la situación que viven” y que ha habido niños que han crecido siempre en un ambiente de violencia y de pobreza, “sin oportunidad de otras situaciones que las que los llevan al actuar delincuencial”.
La intervención actual
La Alcaldía de Medellín recalcó que a través de varias de sus dependencias y conjuntamente con las autoridades, trabaja actualmente en Altavista para prevenir “el delito y las indisciplinas sociales”.
Hacen parte de los planes de intervención, espacios formativos y recreativos, como foros; campañas para evitar la microextorsión; la prevención de consumo de drogas, y la prevención de violencia intrafamiliar y violencia de género.
De esta manera se han realizado actividades de socialización del nuevo Código de Policía y Convivencia, así como sensibilización a los comerciantes de establecimientos públicos donde se han registrado inconvenientes por consumo de licor y sustancias psicoactivas.
El deporte también es una herramienta utilizada para intervenir el territorio. A través del programa Reintegración Sostenible para un Territorio en Paz (antes denominado Paz y Reconciliación), la Administración adelanta el torneo de fútbol “Pazo a Pazo” para fortalecer la convivencia y prevenir el reclutamiento forzado.
Respeto al proceso
Guillermo Durán, personero de Medellín, señaló que cuando se captura a un integrante de una banda delincuencial, como ha ocurrido en Altavista, “siempre habrá un delegado de la Personería que pueda atender el caso y pueda participar en la audiencia para efectos de garantizar el debido proceso y el respeto de los derechos fundamentales”, como sucede con los capturados por delitos comunes.
De esta manera “tanto la Procuraduría como las Personerías tienen competencia para tener un asiento en la respectiva audiencia” y exponerle al juez su posición “de una manera imparcial” después de haber escuchado el caso, puntualizó el personero, quien dijo además que todos los detenidos en Colombia “tienen derecho no solamente a tener un defensor de confianza o un defensor público sino también a que el ministerio público (Procuraduría General o Personerías) contribuyan a la transparencia de los procesos judiciales”.
Capturados 19 integrantes de bandas los chivos y altavista