Lo que puede presentar Medellín en educación superior, ciencia, tecnología e inclusión no explica sin la Universidad de Antioquia.
El día de mañana, 24 de mayo, el Concejo de Medellín se dispone a aprobar el proyecto de acuerdo por el cual se adicionan cerca de 300.000 millones de pesos al presupuesto de la ciudad; este dinero es producto de recursos adicionales, no previstos, que según el Secretario de Hacienda corresponden al aumento del recaudo producto del excelente pago de las obligaciones de los ciudadanos con su ciudad. Es de resaltar que el promedio nacional de pago de las obligaciones ciudadanas está entre el 50 y el 55% mientras en Medellín está cifra fue del 82%.
En mi columna del 7 de marzo mencionaba sobre el particular que se abría una interesante discusión sobre los destinos que podrían tener estos recursos. Sugería que el Concejo de Medellín tendría en sus manos una oportunidad para corregir la deuda histórica que tiene la ciudad con la Universidad de Antioquia. Dentro de los argumentos planteados se resaltó que cerca del 75% de los estudiantes que ingresan a la Alma Mater tienen su residencia en Medellín, pero además que el potencial cultural, científico y tecnológico de la Universidad lo recibe directamente el Municipio.
Conocido el proyecto de acuerdo y sin desconocer la importancia de los proyectos que se contemplan para destinar esta adición presupuestal, dirigidos a fortalecer temas sobre prevención de vulneración de derechos de niños y niñas, educación asistida, seguridad e infraestructura (la mitad de los recursos), quedó por fuera algún aporte a la Universidad de Antioquia.
Por estos días el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Dr. Ignacio Mantilla, ventilaba la impugnación que hizo el Alcalde Peñalosa a una ley que busca favorecer a las dos universidades públicas más importantes que tiene Bogotá; cuenta el rector Mantilla que el argumento del alcalde Peñalosa es que la Ley 1825 de 2017 tiene aplicación en el Distrito Capital y por consiguiente sólo debe beneficiar a la Universidad Distrital y debe excluir a la Universidad Nacional de Colombia por cuanto esta es una institución del orden nacional. El rector Mantilla califica esta actitud del Alcalde de mezquina pues toda ley finalmente afecta (bien o mal) a las personas y es de reconocido conocimiento que el 80% de los estudiantes que estudian en la Sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia provienen de las 20 localidades de esta ciudad.
La reticencia de concejales y alcaldes de Medellín en apoyar su Alma Mater no dista mucho de la posición del alcalde Peñalosa con la Universidad Nacional de Colombia y no tiene presentación alguna. Ojalá que los diálogos que viene sosteniendo el rector de la Universidad de Antioquia con el alcalde de Medellín permitan allanar otra vía para que la ciudad de Medellín reconozca la deuda histórica con su Universidad.
Así como los ciudadanos de Medellín tenemos un excelente compromiso con el pago de las obligaciones fiscales con nuestra ciudad, otro tanto deberían hacer concejales y alcaldes en el cumplimiento de obligaciones morales con la Universidad de Antioquia. Si persiste esta ceguera y mezquindad (términos usados por el rector Mantilla a la actitud del alcalde Peñalosa) los municipios deberían separar lo que logran realizar con sus propios recursos de lo que hace la nación con sus aportes, a la hora de presentar los balances sociales. Es claro que lo que hoy puede presentar Medellín en términos de educación superior, ciencia, tecnología e inclusión no se podría explicar sin el aporte de la Universidad de Antioquia.