Con la reforma a las Green Cards quieren desparecer lo que hasta ahora ha sido un programa basado principalmente en conexiones familiares.
Si usted es pobre y no tiene educación no piense en llegar a la tierra de las oportunidades. Poco a poco va cerrándose el circulo de la arremetida contra los inmigrantes. La llegada como jefe de gabinete del general John Kelly un ferviente seguidor de las políticas anti-migrantes, arrecia deportando a indocumentados sin ningún historial delictivo. Kelly estará muy cerca de personajes como el asesor Stephen Miller quien hace parte del círculo cercano a Trump y que trabajó para el secretario de Justicia Jeff Sessions, un personaje enemigo de la legalización y conocido por sus flirteos racistas.
Teniendo en cuenta la parálisis legislativa y los reveses sufridos en el Congreso, el presidente y sus aliados republicanos de la extrema derecha se pegan a la agenda contra los inmigrantes como tabla de salvación. El futuro de cerca de 800 mil jóvenes que están protegidos por el programa Daca que impide su expulsión temporal es incierto. La obsesión por el muro en la frontera con México va avanzando en el congreso lentamente y el plan para combatir a la pandilla MS-13 pone en igualdad de condiciones a los criminales con quienes han llegado al país en pos de un mejor futuro.
El más reciente ataque a la comunidad inmigrante es el proyecto presentado por un par de senadores republicanos modificando en su esencia la política migratoria de los Estados Unidos. La propuesta es rebajar a la mitad el número de tarjetas de residencia “Green Cards” y establecer un nuevo sistema basado en méritos para acceder a las mismas. Se daría preferencia a aquellos aspirantes con estudios avanzados, que hablen inglés y demuestren tener recursos económicos para mantener a sus familias.
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Quieren desparecer lo que hasta ahora ha sido un programa basado principalmente en conexiones familiares. En lo que va corrido de 2017 unas dos terceras partes de visas de residente han ido a familiares cercanos. En un limbo quedarían entonces miles de aspirantes por el cambio de sistema. Está muy claro que el proyecto a consideración del congreso busca regular la composición étnica y racial, dejando por fuera a la fuerza laboral hispana de baja escolaridad cuyo crecimiento aterroriza a los nativistas y ciertos grupos de población anglo que se han declarado enemigos de la comunidad. Tampoco serán bienvenidos quienes busquen escapar de la violencia o pobreza.
Como un grave error fue calificada la idea por la mayoría de economistas quienes predicen una baja en el crecimiento y una posible recesión. Si bien hay un sector empresarial que apoya la concesión de visas con un enfoque basado en méritos y destrezas, también es cierto que los Estados Unidos necesita de más mano de obra no calificada que apoye a la industria de la construcción y los servicios. ‘’ la única forma de incrementar significativamente el crecimiento de la economía norteamericana en el largo plazo es abriendo las fronteras a la inmigración’’.
Con una tasa de desempleo del 4.3 por ciento, la más baja desde 2001, las compañías tienen dificultades para encontrar gente en un mercado de casi 6 millones de vacantes. Uno de los principales desafíos de la economía norteamericana es como reemplazar a la Generación de los Baby Boomers, unos 44 millones que decidieron retirarse y no tienen interés por volver a trabajar. Lo anterior significa un aumento del 36 por ciento a partir del 2000. Durante ese mismo lapso, la fuerza laboral solamente ha subido un 10 por ciento.
Uno de los argumentos principales esgrimidos por la administración Trump es que la inmigración no calificada ha deprimido los salarios y afectado a los norteamericanos de bajos recursos. Sin embargo, numerosos estudios indican que no hay evidencia para que haya una reducción en la remuneración producto de la llegada de inmigrantes. Por el contrario, para algunos economistas los extranjeros impulsan la economía al volverse consumidores.
Para la derecha republicana no importan las cifras. Si piensan que poniendo talanqueras a los inmigrantes y que la comunidad hispana se va a sentir amedrentada, están muy equivocados. Estamos cerca de ver a los latinos como etnia mayoritaria, así les duela y se nieguen a aceptar que de aquí no nos vamos.
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