La historia se repite: Tras una explosión en un socavón, al parecer por la acumulación de gases, trece personas perdieron la vida atrapados en una mina de carbón, en la vereda Pueblo Viejo del municipio de Cucunubá, Cundinamarca. La historia se repite: de las dos minas involucradas en el hecho, una no poseía título minero vigente y la otra no contaba con licencia ambiental. En resumidas cuentas, no tenían permiso legal para ser explotadas.

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Este tipo de accidentes, en los que la falta de autoridad pone en riesgo la vida de las personas, son demasiado frecuentes en nuestro país. Y no solo en socavones mineros.

Según las primeras informaciones sobre lo ocurrido en Guatapé, ayer, también hubo falta de autoridad al permitirse que turistas abordaran un barco sin chalecos salvavidas o que los responsables del mismo dejaran subir más pasajeros de los que podía llevar. Circunstancias sobre las cuáles esperamos referirnos próximamente.

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En ambos casos hubo normas que no se cumplieron. Lo que se espera de esto es que, además de hallar a los directamente responsables, también se investigue y se castigue a las autoridades que, por acción u omisión, permiten que hechos tan trágicos ocurran. Dejarlo pasar sería tanto como abonar el terreno para que se sigan repitiendo.