Se ha llegado a decir que uno de los beneficios inmediatos está, es que: “Después del acuerdo hay menos muertos” y cabría averiguar si esto es realmente cierto
…todos son unos. Este refrán se aplica, muy claramente, a lo que está sucediendo con las FARC, y su papel en el desarrollo del endemoniado acuerdo de paz firmado en la Habana. Los “mamertos” son muy ingeniosos, hay que reconocerlo, para inventarse “cortinas de humo” y argumentos desorientadores con que continuamente atosigan y convencen a la población. En efecto: se inventaron unos movimientos como las “tales disidencias” o las “tales fuerzas residuales” que en el fondo constituyen un solo todo: son las FARC, Juanito. Y no “matices” con que suelen disculpar sus actuaciones. Habría que agregarles esa pléyade de movimientos: ELN, EPL, Bacrim, etc. que se han inventado, cuando se trata de la “misma perra con distinta guasca”, al decir de los arrieros de antaño. Son delincuentes narcoterroristas y el Estado no tiene porque igualarse con ellos, “volviendo trizas” la Constitución, las Leyes y la misma Institucionalidad, en busca de la anhelada Paz.
Es conveniente repasar algunos de los argumentos que se han utilizado en esa tarea de permanente desorientación. Llegó a afirmarse, y a presentarse como argumento contundente, que: “Es mejor tenerlos en el Parlamento pronunciando discursos que en el monte echando bala”. Nada más desorientador e irreal, y mucha parte de la ciudadanía exclamaría más bien: “Es mejor tenerlos en la CÁRCEL que….
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También se ha llegado a decir que uno de los beneficios inmediatos está, es que: “Después del acuerdo hay menos muertos” y cabría averiguar si esto es realmente cierto, y no un fruto del “Tapen, tapen” en que se ha especializado el Alto Gobierno. Esto cabe dentro de la inconmensurable propaganda que utiliza el Gobierno con el resultado de que al decir de las matronas: “Es luz en la calle, pero oscuridad en la casa”. ¡El que entendió, entendió!
A raíz de la detención, con fines de extradición, de uno de los cabecillas de las FARC se “armó la de Troya”, con las consabidas manifestaciones de inocencia de todos sus socios. Esta situación contrasta con una realidad como lo es el incremento del narcotráfico que han desestabilizado grandes zonas del territorio, incluyendo, “casualmente” las limítrofes con Ecuador y Venezuela.
Al respecto hay que ser más realistas y honestos: ¿A que se deben esas situaciones? No hay que devolverse los 50 años que “dizque” ha durado la guerra. En primer lugar existió una complicidad evidente de los gobiernos de Venezuela y Ecuador en la época en que se realizaron las “tales” negociaciones de la Habana. Estos Gobiernos “dizque hermanos” estaban completamente infiltrados por el mamertismo que adoptó la figura del “socialismo del siglo 21” y posaban hipócritamente como garantes.
En segundo término y, quizás de la máxima importancia, es averiguar las respuestas a múltiples preguntas como ¿Quién, si no el alto Gobierno, del actual Primer Mandatario, orquestó, la entrega del País cohonestando todas las exigencias de la Habana? Y además ¿Quiénes fueron los que negociaron la soberanía de la Nación? ¿Cuáles son las implicaciones de los “tales” acuerdos? ¿Quiénes son los que los están incumpliendo? Y muchas más por el estilo.
El “mamertismo extrañado”, parodiando el tango, se muestra alarmado y “mira sin comprender” la detención del cabecilla Santrich, porque, parece ser que los gringos “se avisparon”, lo que aparentemente se debe a que: Primero: las investigaciones, como tantas otras, se originaron en el exterior y Segundo: porque ya no hay en Estados Unidos un presidente pusilánime.
Resumiendo: Santrich no estaba solo y si se analiza ¿Quiénes son los verdaderos responsables del desastre narcotraficante que campea en Colombia? Preguntaría también Marañas: ¿Cuándo vienen por los otros?
Finalmente una pequeña inquietud preelectoral: ¿Cuándo y cuál será la trampa que le armarán, “desde arriba”, al candidato de la oposición?