El proyecto de reelección quedó definitivamente descartado después de casi un mes de tensiones. El 31 de marzo pasado, el Gobierno paraguayo emprendió un polémico proyecto: autorizar la reelección del actual presidente, Horacio Cartes, para los comicios del próximo año. En América Latina, ya varios países reformaron su Constitución para cambiar la duración de los períodos presidenciales. Recientemente, Ecuador levantó las restricciones sobre la reelección aunque no se aplicaba para los recientes comicios de este año, donde el candidato oficialista, Lenín Moreno, le sucedió a Rafael Correa. Tanta fue la agitación que Cartes renunció al proyecto y la oposición solicitó la acción de Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA). 
 
Un agitado mes de abril
Cuando la población se enteró que el senado aprobó con veinticinco votos el proyecto que no condenaría una hipotética reelección de Cartes, la indignación fue alta. Incluso la oposición consideró que aquello era un acto forzado e ilegal. El Partido Colorado y el Frente Guasú vieron en esta iniciativa una oportunidad para prolongar el mandato del actual presidente o permitir la candidatura de Fernando Lugo, presidente entre 2008 y 2012. Las protestas causaron la instalación de una mesa de negociaciones ante la crisis política. Otra consecuencia grave fue la muerte de un militante opositor y el incendio parcial del Congreso. Aquello resultó en la detención preventiva de cuatro personas en la sede del opositor Partido Liberal por fabricación de explosivos. Ante esta situación, Roberto Acevedo, presidente del Senado, entregó un informe a la OEA sobre la crisis paraguaya y pidió intervención de la organización. No obstante, ya se descartó la posibilidad de aplicar la Carta Democrática a Paraguay: "no hay ningún fundamento,(...) ni alteración del orden constitucional, ni violación de principios de separación de poderes, ni están desconociendo el derecho del pueblo a elegir o a tomar decisiones en referéndum o plebiscitos, la libertad de expresión y prensa están garantiza- das", aclaró Almagro.

Violación de la Constitución
El Gobierno dejó de lado la reforma cuando Cartes afirmó que no tenía nuevos ámbitos presidenciales. No obstante, los partidarios confiaban en el futuro del proyecto. Incluso la senadora oficialista Lilian Samaniego declaró que “vamos a seguir acompañando para que eso culmine en la decisión de la ciudadanía por el sí o por el no a la reelección. En eso nada cambia.” El Frente Guasú insistió también afirmando que "el pedido de enmienda debe continuar en los canales institucionales correspondientes". Pero el avance de la reforma fue detenido de manera abrupta por el rechazo de setenta y ocho diputados el pasado  26 de abril. Efraín Alegre, líder del opositor Partido Liberal, explicó los motivos de este fracaso: “¿Por qué no aprobó la enmienda (la Cámara baja) si tenía mayoría? Porque el pueblo paraguayo salió a la calle (...) Este pueblo nos dice ‘dictadura nunca más en el Paraguay’”. Por consiguiente, tanto el Frente Guasú como el Partido Colorado deberán elegir un nuevo representante ya que no podrán contar con Lugo y Cartes. 

Reeleccionitis contagiosa
El artículo 229 de la Constitución paraguaya establece que “el Presidente de la República y el Vicepresidente durarán cinco años improrrogables en el ejercicio de sus funciones (...) No podrán ser reelectos en ningún caso”. Sin embargo, aquello no impidió que la Cámara baja forzara el proceso. Mauricio Jaramillo, docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, recordó que “en América Latina, el proceso para ampliar los poderes presidenciales no es una tendencia nueva. En la década de los noventa, tenemos una multitud de crisis presidenciales porque los presidentes no duraban. Con el comienzo del milenio tenemos lo contrario: los regímenes tienen el argumento que cuatro, cinco años es muy poco y producen reformas que ponen al presidencialismo sin que vaya acompañado de un sistema de pesos y contrapesos”. En Bolivia, también se abrió el debate anteriormente con un referéndum que rechazó la reelección de Evo Morales. No obstante, las discusiones siguen vigentes, tanto que el expresidente boliviano, Jorge Quiroga, declaró “Presidente Morales (...) no tenga miedo a hacer esto, a firmar una carta donde diga que va a respetar la Constitución que usted ha puesto en vigencia, va a respetar la votación del referendo del 21 de febrero (de 2016) y va a ser un buen demócrata”.