Naciones como Birmania, Yemen, Venezuela y Burundi podrían ser excluidas de la ONU debido a los crímenes de lesa humanidad que han perpetrado sus gobiernos.
En el discurso de apertura de la trigésima sexta sesión del Consejo de Derechos Humanos, el alto comisionado de la ONU para los DD.HH., Zeid Ra'ad al Hussein, animó a los países miembros del organismo a levantar, “de manera más enérgica”, su voz de protesta en contra de los países que cometen las mayores atrocidades y los abusos más graves en contra de la población.
En este sentido, el funcionario sugirió para los casos en los que ni condenas, ni informes regulares, mecanismos de supervisión o comisiones de investigación consiguen revertir la situación o se topan con oídos sordos, adoptar la medida más extrema que puede tomar esta organización.
"Sugiero que se considere la necesidad de excluir de este órgano a los estados implicados en las violaciones más atroces de derechos humanos", exhortó.
En círculos diplomáticos entorno al Consejo se comenzó a barajar la posibilidad de pedir la suspensión como miembro del organismo a Burundi, dado que una comisión de investigación independiente del propio ente concluyó que el gobierno burundés cometió delitos contra la humanidad.
Cabe mencionar que una suspensión debe ser decidida por la Asamblea General de la ONU, pero el Consejo podría solicitarla argumentando que un gobierno que comete crímenes de lesa humanidad contra su propio pueblo no puede ser garante de las leyes fundamentales.
Y es que la violencia, de carácter político, estalló tras el anuncio en 2015 del presidente burundés, Pierre Nkurunziza, de que se presentaría para optar a un tercer mandato presidencial consecutivo.
Estados Unidos criticó el funcionamiento del Consejo de Derechos Humanos y ha pedido que se reforme ante la "hipocresía" de los países que señalan a otros por los abusos, “como lo hace Israel”, ignorando atrocidades en otros lugares del mundo.
"Con frecuencia una emergencia particularmente crítica exigirá la atención centrada de este Consejo y en esas circunstancias, cuando toma medidas rápidas, hay que alabarlo. Pero cuando no lo hace con la urgencia y la magnitud que requiere la crisis, la selectividad se convierte en un veneno que acaba con la credibilidad de este órgano", explicó Zeid.
Además, aprovechó la ocasión para pedir a este órgano de la ONU que tome durante la actual sesión medidas en varios estados, especifíciamente en Venezuela y en Yemen.
En el primer caso pidió una "investigación internacional" sobre las violaciones de derechos humanos cometidos en el país andino, dado que considera que en Venezuela pueden haberse cometido "crímenes contra la humanidad" en el marco de las protestas antigubernamentales.
Además, no ve adecuada la actual Comisión de la Verdad y Reconciliación salvo que se remodele y cuente a partir de entonces con el apoyo y la implicación de la comunidad internacional.
El diplomático también consideró "extremadamente alarmante" la situación en Yemen, por lo que urgió "por tercera vez" al Consejo a establecer un ente investigador internacional e independiente para verificar y documentar los abusos en ese país, inmerso en una guerra civil.
Finalmente, instó al Gobierno birmano "a poner fin a sus crueles operaciones militares actuales, a rendir cuentas por todas las violaciones ocurridas y a revertir el patrón de la severa y extendida discriminación contra la población rohinyá.