En su más reciente informe sobre malaria o paludismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación ante la disminución de inversiones en la lucha contra la malaria, especialmente en países con altos niveles de riesgo para esta enfermedad.
En su más reciente informe sobre malaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el retroceso que representó el 2016 en la lucha contra esta enfermedad. La publicación anual señaló que 91 países representaron un total de 216 millones de casos de malaria o paludismo (cinco millones más que los reportados en 2015) y un saldo de 445.000 personas muertas a causa este padecimiento.
Disminución en la destinación presupuestal orientada a la prevención de la malaria, patrones climáticos anómalos, aparición de resistencia parasitaria a medicamentos antipalúdicos e incluso los conflictos sociopolíticos fueron reseñados en el informe como factores que contribuyeron a que el 2016 representara un año difícil en lo que corresponde al reto de erradicación de la malaria.
El documento enfatizó en la situación africana, específicamente en la región subsahariana, donde se concentra el 80% de la carga mundial de paludismo.
La disminución en inversiones orientadas al control de la malaria fue un elemento que el informe señaló como preocupante, de cara a la meta de reducir la incidencia del paludismo en al menos un 90% para el año 2030; esta meta, planteada en 2016 indicó la necesidad de invertir anualmente US 6.5 millones de dólares en la lucha contra el paludismo, la cifra en 2016 fue de US 2.7 millones de dólares, agregando que desde 2014 se viene presentando una disminución en los rubros destinados a la lucha contra la malaria, especialmente en países con altas tasas de la enfermedad.
Abdisalan Noor, Jefe del Equipo de Vigilancia del Programa Mundial sobre Paludismo, agregó que la inestabilidad política en algunos países contribuyó al aumento mundial sobre incidencia de la malaria, “Nigeria, Sudán del Sur, Yemen y Venezuela demuestran la fragilidad del progreso y cómo los avances se pueden reversar, incluso debido a un corto período de conflicto o crisis económica. Por ejemplo, la región norte de Venezuela fue certificada como libre de paludismo en 1961, pero el año pasado fue el país líder en las Américas en términos de carga de paludismo” refirió el funcionario a través de un comunicado.
En el apartado correspondiente a la situación de la malaria en América, el informe registró que el número de casos de la enfermedad registrados en 2016 aumentó un 22% comparado con los registros de 2015, cifra en la que influyó la incidencia de la enfermedad en Colombia, Nicaragua y Venezuela.
En total fueron 875.000 los casos de malaria que se registraron en el continente, reseñando además el deceso de 700 personas a causa de este mal, 300 más de las reportadas en 2015.
En el caso específico de Colombia, el informe indicó que el país pasó de 74.100 enfermos en 2015 a 134.000 en 2016, registrando una tendencia similar a la presentada por Venezuela, donde la cifra paso de 171.200 a 300.900 en el mismo periodo.
Según reportes del Ministerio de Salud, la malaria es considerada como enfermedad endémica en gran parte del territorio nacional, especialmente en áreas ubicadas por debajo de los 1.500 metros sobre el nivel del mar, lo que genera que desde la cartera de salud, se tengan identificadas como zonas de mayor riesgo a la Costa Pacífica, los valles del río Cauca (riesgo bajo) y Sinú (riesgo alto), la Amazonía y la Orinoquía.
Según el más reciente informe de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia, en 2016 el Departamento registró 7.396 casos de malaria, con reportes de mayor cantidad en el Bajo Cauca antioqueño, subregión que representó el 32% del total de casos con 2.385 reportes.
Adriana Pabón, investigadora del Grupo Malaria de la Universidad de Antioquia, resaltó como medidas importantes para evitar la malaria el uso de mosquiteros o toldillos impregnados con insecticida como una alternativa de protección que impide el contacto con el insecto que transmite la malaria.
“Lo más importante es evitar el contacto con el mosquito y si alguien tiene síntomas maláricos, como dolor de cabeza, debilidad, fatiga, dolores en articulaciones y músculos, malestar abdominal, escalofríos y frío intenso y progresivo; acudir rápidamente para diagnosticar. El tratamiento es gratuito, lo que se necesita en el plano estatal es garantizar la existencia de medicamentos porque con un diagnóstico temprano se puede iniciar el tratamiento, el cual es altamente eficaz cuando se inicia de forma oportuna”, concluyó.