El traslado de López, por decisión del Tribunal Supremo y el Gobierno, como beneficio temporal tiene también aire de trampa a la oposición.
El contradictoriamente explicado cambio de lugar de detención de Leopoldo López, líder de Voluntad Popular y el más notable preso político de Venezuela, empieza a ser usado por los chavistas que controlan el Gobierno y la Justicia como nuevo mecanismo de acoso contra la oposición democrática, buscando que acceda a sus pretensiones de una negociación directa y sin elecciones, así como de propaganda internacional, mediante la caricaturización de las irrenunciables exigencias de quienes enarbolan los sueños de libertad y estabilidad política y económica del pueblo venezolano.
El traslado de López a su casa, donde encontró a su familia pero no las garantías para su actividad política, fue anunciado como gesto humanitario para que se recupere de una enfermedad que el padre del dirigente denuncia fue adquirida en prisión y ha sido presentado como una victoria, parcial por cuanto es beneficio temporal y condicionado, de los opositores y en particular de las valientes Lilian Tintori, esposa; María Antonieta de López, madre, así como de dirigentes como María Corina Machado y los otros voceros opositores.
Las agresivas declaraciones del chavismo tras decidir el nuevo estatus de López reflejan su vinculación a la satrapía cubana, que sigue guiándolo por los senderos del estalinismo, o sea de la dictadura política y el terrorismo de Estado. Tal radicalización exige que la oposición democrática se empeñe en seguir brillando por sus valores civilizados: unidad, por encima de matices; pacifismo, no desvirtuado por algunos irresponsables que han apelado a la violencia en las marchas (nunca comparable a la del gobierno y sus paramilitares); valentía, para enfrentar al déspota y firmeza para defender la democracia.
En la nueva coyuntura, su norte, y así lo han reconocido Leopoldo López, María Corina Machado y los otros líderes, es perseverar en la exigencia al Gobierno para que convoque elecciones libres de presidente de la República, y ratificarle al mundo que la libertad no se negocia.