Nóminas - No le creo - $50.000 millones

Autor: Alberto Maya Restrepo
22 mayo de 2017 - 12:04 AM

Nos ha dicho tantas mentiras que una más ni se nota.

La prensa dio cuenta en estos días de un candidato presidencial en Francia acusado de mantener en nóminas oficiales a familiares que no trabajaban para el Estado. Ese caso pone a pensar en qué sucederá en Colombia, país plagado de mentiras “oficiales” y en el que la corrupción hace de las suyas. Por ejemplo, en las abultadas nóminas de la Presidencia de la República, de la Fiscalía General de la Nación, del ministerio de Educación, de las Altas Cortes, del Congreso, de las gobernaciones y alcaldías, etc. ¿ese renglón será pulcro? En fin, estamos hablando de números grandes, no solamente por la cantidad de empleados públicos que sí trabajan, sino por el monto de esas nóminas, en donde tan fácil podría ser “inscribir” a un vago para pagarle su voto o algún otro favor.

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Si eso sucedió en un país desarrollado, también puede suceder aquí, en donde la mermelada cunde y en donde poco se paran en pelos para gastar y malgastar. ¿Quién podría hacer un análisis, un inventario, de las nóminas oficiales y revisar que quienes reciben pago realmente laboren para el Estado? ¿Cuántos muertos seguirán recibiendo pago? ¿Cuántos retirados, por voluntad propia, por jubilación o echados estarán matriculados en las miles de cuentas oficiales de nómina del país? Esa revisión es imperativo hacerla y, claro, repetirla frecuentemente, pues los vivos que medran de lo que pagamos los contribuyentes son muchos. ¿Será el gobierno lo suficientemente transparente como para emprender esa tarea? Esa misión habría que encargársela a alguien realmente neutral y ajeno a la cadena corrupta que reina en Colombia, quizá a una entidad extranjera (no española), pero, eso sí, que el contrato que con ella se haga sea conocido ampliamente por el público, porque no vaya a resultar que se adjudicó a dedo a un amigote “oculto” que nada, al fin, va a hacer por sanear lo que encuentre mal.

***

Santos dizque le dijo hace unos años a Hugo Chávez que “la revolución bolivariana fracasó”. Ni forma de comprobarlo porque Chávez falleció. ¿Hubo testigos de eso? Si no, no le creo porque en estos casi siete largos años lo que se le ha visto a Santos es cierta genuflexión hacia el régimen venezolano. ¿Por miedo? ¿Por conveniencia? ¿Siguiendo dictados de alguien? Vaya uno a saber, pero la falta de contundencia y de determinación de Santos y de su meliflua Canciller frente a los aterradores hechos que se vienen registrando de tiempo atrás en Venezuela no le explican a uno porqué ahora sí lo llevan a confesar eso que dice que le dijo a Chávez. Cada quien dice lo que desee cuando lo desee. Otra cosa es que quien lo escuche crea en lo dicho. Nos ha dicho Santos tantas mentiras que una más ni se nota.

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***

Al muy amigo de Santos, Roberto Prieto Uribe, se le dio, entre muchos más, un contrato por $50.000 millones de pesos para la realización de la Cumbre de las Américas en 2012. ¿Para qué sirven esas Cumbres? En este caso sirvió para que Santos se diera bombo y armara tal parafernalia sin mirar gastos. A la tasa de cambio por las fechas de esa Cumbre, esa suma equivalía a unos 28 millones de dólares. ¿Estamos tan bien que nos podemos dar el lujo de gastarnos ese dinero en una fiesta para los de dedo parado mientras con la misma plata algo se pudo hacer, por ejemplo, en obras que hubieran evitado la catástrofe en Mocoa, o en mitigar los problemas de miles de familias que a diario arriesgan sus vidas viviendo en miserables ranchos a orillas de ríos y quebradas, o en mejorar la calidad del combustible que vende Ecopetrol? El sentido de las proporciones parece no existir; los gastos suntuarios parecen tener prioridad en este gobierno y por eso en El Tiempo (14 mayo 2017) Rudolf Hommes escribió: “La situación y las perspectivas de la economía son preocupantes, pero es más inquietante que el Gobierno se manifiesta satisfecho”.

P.S.- Escuchado al pasar: no es que Colombia atraviese por un fuerte invierno… es que el cielo llora por el gobierno que tiene.

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