Ni siquiera en las festividades navideñas pasó a segundo plano la tensión en la región por la posición de Donald Trump sobre Jerusalén.
En Belén y Gaza las celebraciones navideñas se limitan a servicios religiosos, en protesta por el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí por parte del presidente estadounidense, Donald Trump,
Y mientras la política y el mal tiempo dejaban vacía la Plaza de Manger en Belén, atestada otros años de turistas en el día de Navidad, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, felicitaba las fiestas a los cristianos diciendo en su página de Facebook: "¡Feliz Navidad desde Jerusalén, la capital de Israel!".
Por su parte el mensaje navideño del presidente palestino, Mahmud Abás, decía en Twitter: "La decisión del presidente de EE. UU. de reconocer Jerusalén como capital de Israel ha motivado la desconexión ilegal de las ciudades santas de Belén y Jerusalén, separadas por primera vez en más de 2.000 años de cristiandad".
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Ambas posturas parecen resumir el espíritu del lugar de las últimas tres semanas después de que Donald Trump agitara aún más las relaciones israelopalestinas.
"La declaración de Trump sobre Jerusalén ha arruinado el espíritu navideño", dijo Ramón Kawa, un palestino jerosolimitano de visita en Belén.
"Yo he venido a celebrarlas en Belén igualmente pero cada vez hay menos cristianos en esta tierra. Y sabemos que Israel hará lo que le dé la gana mientras Europa sólo mira", concluyó lacónico Kawa.
Los representantes religiosos y políticos tanto de Belén como de Gaza cancelaron este lunes todas las celebraciones de Navidad no religiosas como señal de protesta a la postura de Trump.
"Hemos decidido limitar las celebraciones de Navidad a los rituales religiosos como muestra de rechazo e ira, pero también por solidaridad con los caídos en las recientes protestas", dijo el alcalde de Belén, Anton Salman, en un comunicado de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), vía Twitter.
"Queremos mostrarle a la gente que somos personas que merecemos vivir, merecemos nuestra libertad, merecemos nuestra independencia, merecemos Jerusalén como nuestra capital", declaró Salman.
El controvertido anuncio de Trump de principios de diciembre desató manifestaciones y enfrentamientos en la frontera de Gaza con Israel, en diferentes puntos de Cisjordania, incluido Belén, y también en Jerusalén Este.
En Gaza la pequeña comunidad cristiana también mantiene unas navidades de perfil bajo este año y se han cancelado todas las celebraciones salvo las estrictamente religiosas.
Además, el tiempo no acompaña y las lluvias empaparon la Nochebuena y parte del día de Navidad.
El domingo por la tarde miles de personas se congregaron en la plaza Manger para la celebración navideña y para presenciar la entrada en Belén del administrador apostólico de Jerusalén y el más alto representante de la Iglesia católica en Tierra Santa, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa.
Además de las luces navideñas, el gran árbol de Navidad y los villancicos en Belén había en la plaza una gran pancarta que decía "Jerusalén siempre será la capital eterna de Palestina".
Jack, dueño de una tienda de recuerdos llamada "Casa de la Navidad" en Belén, señaló que hasta octubre y noviembre su negocio familiar fue bien, "pero en las últimas dos semanas se nota que hay menos turistas y los negocios también se resienten".
"Pero esto no es nuevo, cada año pasa algo, el turismo siempre está como en la cuerda floja en Cisjordania, o por una intifada, o por las tonterías que dicen y hacen los políticos, los palestinos y los israelíes,... da igual, siempre pasa algo", dijo Ayub Masri, un guía y taxista de Belén.