Carlos Vives puso el sello en la ceremonia de apertura de los Juegos Bolivarianos con su Tierra del olvido.
En una ceremonia en la que predominan temas como el respeto a la madre naturaleza, el tributo al folclor de la región Caribe y el homenaje al realismo mágico plasmado en la obra literaria de Gabriel García Márquez, Santa Marta inaugura a esta hora los XVIII Juegos Bolivarianos.
El acto de apertura oficial de las justas deportivas comenzó con la puesta en escena de una representación del mar y su relación con el hombre Caribe y luego se le dio paso al desfile de las delegaciones de los países participantes que marchaban mientras sonaban melodías propias de cada una de las naciones.
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Para la instalación oficial de los Juegos tanto el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, y el presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Baltazar Medina, destacaron que el evento se realiza a pesar de la incredulidad de algunos sectores.
Una coreografía que se complementaba con la proyección de un vídeo en el cual se le rindió un homenaje al realismo mágico plasmado en la obra del Nobel Gabriel García Márquez, fue la antesala a la presentación de agrupaciones de música vallenata y cumbia que pusieron a bailar a los asistentes al estadio de Bureche.
El exatleta colombiano Paulo Villar, tres veces olímpico en la prueba de los 110 metros con vallas, encendió el pebetero, mientras la lluvia de mariposas amarillas de Gabo se unió la euforia que desató Carlos Vives con su aparición al ritmo de La tierra del olvido en el estadio de Bureche en Santa Marta para realzar aún más la ceremonia.
Su música, la gran protagonista, conectó de inmediato con los cerca de 12.000 asistentes, que disfrutaron de un espectáculo entre vallenatos y mitología indígena que brotó de la Sierra Nevada.