La Otan ha sido el pilar que mantiene a Rusia alejado de sus pretensiones imperiales
Paso a paso Trump va aislándose de la comunidad internacional y se empecina en su promesa de América Primero. Su gira por el Medio Oriente y Europa no fue el éxito que pregona el mandatario y su incondicional grupo de asesores. Triste ver como la alianza encabezada por los Estados Unidos a partir de la Segunda Guerra Mundial para la construcción de un nuevo orden internacional protegiendo los valores democráticos, la paz y prosperidad europeas, se vea de un momento a otro amenazada por la inopia intelectual del presidente norteamericano.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte-Otan ha sido el pilar que mantiene a Rusia alejado de sus pretensiones imperiales, que ayudó a la terminación de la guerra en Bosnia y que ha combatido a los extremistas en Afganistan. Con una visión miope Trump pretende limitar los alcances de la Otan al gasto militar de sus socios. Por décadas varios países han dejado de pagar sus cuotas y ciertamente es justo que se pongan al día, pues los europeos ya no deben depender de la generosidad de los contribuyentes norteamericanos para proteger su soberanía y seguridad.
La canciller alemana Angela Merkel, quien emerge como la nueva líder opositora de Trump, respondió diciendo que los europeos deben entonces decidir su propio futuro y ya no estar atados a los Estados Unidos. “La era en que podíamos confiar en otros actores hasta cierto punto ha terminado”. En esa misma dirección camina el sorprendente recién posesionado presidente de Francia Emanuel Macron quien muestra su compromiso para que la Unión Europea no abandone sus propósitos integracionistas, de libre comercio y una moneda común, muy a pesar del retiro del Reino Unido.
El papel de Alemania en la Unión es visto con cierta reserva pues gracias a una rígida política fiscal, alta productividad y una reducción del consumo interno, las exportaciones de manufacturas han crecido por encima de los socios europeos. Con un euro débil, Alemania es inmensamente competitiva. No es sino observar como el superávit de la cuenta corriente en 2016 fue de 300.000 millones de dólares, el más alto del mundo.
Por otro lado, Trump insiste en que las prácticas comerciales alemanas le cuestan al país una suma enorme. El déficit de los Estados Unidos con Alemania es de 65.000 millones de dólares principalmente por las exportaciones de automóviles y camiones. Aun así, Mercedes y BMW tienen plantas de ensamble en varios estados que emplean a cerca de 765 mil trabajadores norteamericanos con muy buenos salarios.
Finalmente, la decisión de retirarse del Acuerdo de Paris es un abuso a la salud del planeta. El cambio climático no es ninguna estafa. No es sino ver como el mundo ha sufrido recientemente con las sequias, inundaciones y tormentas que han traído hambrunas, devastaciones y migraciones masivas en distintas regiones del mundo.
No obstante que la gran mayoría de corporaciones, líderes empresariales y asesores próximos a la Casa Blanca apoyaban permanecer en el Pacto, Trump decidió insultar la inteligencia de los científicos y expertos climáticos. El número de empleos en el sector de energía renovable creció en 2016 en un 25 por ciento. Hacerle creer al grupo de votantes en Pensilvania y Virginia que los empleos en las minas de carbón se van a reactivar, es otra de las mentiras a que nos tiene acostumbrados el presidente Trump.