Este destacado escultor y artista plástico portugués, quien fue considerado una de las figuras prominentes dentro de la escultura en su país, murió tras varios años de enfermedad, según los medios de ese país.
Alberto Carneiro, una de las figuras más destacadas de la escultura portuguesa, murió este sábado a los 79 años; tras varios años arrastrando problemas de salud, informaron medios portugueses.
Dicho artista, nacido en 1937 en São Mamede do Coronado, en el distrito de Oporto, fue considerado unos de los grandes renovadores de la escultura portuguesa del siglo XX.
Su obra está fuertemente ligada a las relaciones entre el arte y la naturaleza, con la madera como material preferido y constantes alusiones a árboles, raíces, hojas, piedras y elementos similares.
Fue impulsor de los Simposios de Escultura de Santo Tirso, organizados a partir de 1991 y de los que nació el Museo Internacional de Escultura Contemporánea, el único centro al aire libre dedicado a este arte en Portugal.
Participó en las Bienales de Venecia y de São Paulo, entre otras muestras de ámbito internacional, y expuso también en el Centro Gallego de Artes Contemporáneas de Santiago de Compostela.
Dentro de Portugal, su obra ha sido exhibida en prestigiosas instituciones como la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa, la Casa Serralves de Oporto y el Museo Nacional Machado de Castro, en Coimbra.
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Entre los galardones que atesoró a lo largo de su carrera figuran el Premio Nacional de Escultura de Portugal (1968) y el Premio Nacional de Artes Plásticas de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (1985).